
Simpatizantes al gobierno se movilizaron para respaldar las acciones implementadas por el Gobierno Nacional en defensa de los derechos de los venezolanos, mientras que la oposición se movilizó con el fin de solicitar la celeridad en el proceso para la activación del referendo revocatorio.
Decenas de personas pertenecientes al chavismo se movilizan por varios puntos de la ciudad capital en repudio a la “injerencia norteamericana” en los asuntos internos del país.
La oposición venezolana movilizó este sábado a miles de seguidores para exigir la renuncia del presidente Nicolás Maduro, quien descartó esa posibilidad durante una multitudinaria concentración que rechazó un decreto estadounidense que considera a Venezuela como una amenaza.
Al grito de «¡Renuncia, renuncia!», miles de opositores marcharon por el municipio de Chacao (este de Caracas), mientras una multitud de chavistas tomó el centro de la capital con consignas como «¡Maduro no se va!» y «¡Yankees, go home!».
Con el lema «vamos con todo», la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) activó así una estrategia de presión en las calles para pedir la salida anticipada del poder de Maduro (2013-2019), junto con un referendo revocatorio y una enmienda para acortar su mandato.
Chavistas a las calles
En contraste, miles de chavistas vestidos de rojo respaldaron el llamado al presidente Barack Obama para que derogue el decreto renovado hace una semana que califica a Venezuela como una amenaza «inusual y extraordinaria» a la seguridad de Estados Unidos, aduciendo que el gobierno de Maduro viola los derechos humanos y persigue a sus opositores.
De momento no trascendieron cifras oficiales de participación en los actos, que transcurrieron sin incidentes.
«Venezuela no aguanta más. Imagínese tres años más de esta vaina. Cada días su fracaso es mayor en todo. Por eso queremos salir de esto de manera democrática, pacífica, electoral y constitucional», afirmó Henry Ramos Allup,
presidente del Parlamento de mayoría opositora, en un discurso que cerró la movilización de la MUD.
En un puesto habilitado para recoger firmas por el revocatorio, Moisés Carvallo señaló que la oposición no tendrá inconvenientes para recoger las cuatro millones de rubricas que exige la ley para convocar la consulta.
«La única forma para cambiar este modelo fracasado es el voto, así que estamos trabajando para sacar a Maduro como debe ser», aseguró el joven de 23 años a la AFP.
Mientras, flanqueado por el alto mando militar, Maduro aseguró que se mantendrá «hasta el último día» de su mandato. «Que vengan por mí, pues. Hay bastante pueblo para enfrentarlos y vencer, con la Constitución y la paz», proclamó en el acto que terminó siendo la contrapartida de la marcha opositora.
Venezuela, con las mayores reservas petroleras del planeta, tiene la inflación más alta del mundo -180,9% en 2015- y una escasez de alimentos y medicinas que angustia a la población, en parte debido al desplome de los precios del crudo, aunque la oposición responsabiliza a la gestión de Maduro.

«Vueltos locos» –
«Ya están vueltos locos», dijo Maduro al referirse a la agenda opositora para sacarlo del poder.
«Es una locura lo que tienen: ‘vamos contra Maduro, con esto, con aquéllo’. Hagan lo que les dé la gana», zanjó.
Dijo que se mantendrá en el poder «con el apoyo del pueblo, de la Fuerza Armada y con la decisión absoluta de que aquí no se rinde nadie» y «esta revolución no se entrega».
Ataviado con una camisa que llevaba impreso el eslogan «¡Más chavista que nunca!», Sergio González (28) dijo estar convencido de que la oposición no podrá deponer a Maduro.
«Lo que sí es cierto es que pueden generar violencia y hacernos mucho daño», comentó a la AFP.
Juristas como José Ignacio Hernández señalan que todas las opciones para la salida del mandatario socialista tendrán que pasar por el filtro del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), al que la oposición acusa de ser el «buró jurídico» del chavismo.
La semana pasada, ese tribunal eliminó facultades de control del Parlamento, cuyo control perdió el oficialismo tras 17 años de hegemonía desatándose una crisis institucional de choque de poderes.
AFP