FANB debe frenar locura de la MUD

La conducta criminal y apátrida de la MUD obedece a la hoja de ruta que han trazado las potencias occidentales, hoy colapsadas por la crisis del capitalismo

En Venezuela, los ánimos están demasiado caldeados, al punto que mono no carga a su hijo. Entre las causas de esta situación atípica que quisiera empujarnos a una explosión social, la guerra de cuarta generación ha sido la que más leña lanza al fuego a una crisis inducida y agravada por la baja en los precios del petróleo y la crisis cíclica de la economía mundial. Para nadie es secreto que las grandes corporaciones de la comunicación se han propuesto imponer una matriz de opinión y que su objetivo es sacar cuanto antes a Nicolás Maduro de la presidencia de la república.

Está al descubierto que la conducta criminal y apátrida de la MUD obedece a la hoja de ruta que han trazado las potencias occidentales, hoy colapsadas por la crisis del capitalismo; y, en consecuencia, ávida de recursos renovables y no renovables para mover sus averiadas economías. ¿Acaso los salvajes zarpazos contra Afganistán, Irak, Libia y Siria son puros cuentos de camino? ¿Y qué pensar de las groseras injerencia de EE. UU. en los asuntos internos de Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Venezuela Nicaragua, Honduras, Cuba y pare usted de contar?

Nadie mejor que los profesionales de las armas saben que guerra avisada no mata soldado; que a causa de la excesiva tolerancia el país hiede a pólvora; y que en momentos excepcionales se imponen medidas extraordinarias que correspondan a nuestro deber ser. Recuérdese que fue en circunstancias de apremio que a José Tadeo Monagas no le quedó otra que reconocer que «la constitución sirve para todo». Y porque el legendario prócer de la independencia no se paró en nimiedades y accionó a tiempo, fue que el caudillo militar y político oriental pudo coronar su proyecto. ¿O no?

Llevamos diecisiete años calándonos con paciencia heroica a una oposición terrorista, y hasta la fecha todo indica que gastamos pólvora en zamuro, tratando de hacer razonar a una jauría primitivista que solo responde a los oscuros intereses del imperialismo. Y porque se corre el riesgo que se active una inconveniente reacción colectiva, urge que las FANB eviten males mayores y decidan ponerle el cascabel al gato, pues de nada sirvieron los llamados a diálogo del gobierno bolivariano. ¿Que algún criticón de oficio nos acuse de militarista? Eso importa menos a que por meros pruritos nos tomen por estúpidos. ¿O será que tendremos que recurrir a los servicios del Chapulin Colorado?

Freddy Elías Kamel Eljuri

aporrea.org

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