
Agotada. Así se siente Manuela Pérez, madre de la intérprete de señas de Venevisión, Adriana Urquiola, quien fue ultimada el 23 de marzo del 2014 cuando intentaba evadir una barricada en Los Nuevos Teques. A dos años de su muerte sigue luchando para que el asesino confeso de su hija, Yonny Bolívar, pague pena máxima.
“Desde el mismo instante que me enteré que mi niña y el nieto que llevaba en su vientre habían muerto mi vida ha quedado suspendida. En principio me paralicé, pero una vez que reaccioné me propuse dar con el responsable de arrebatarme dos vidas, porque aunque lo están responsabilizando solo por el asesinato de Adriana, para mí la vida de Aléx Adrián, quien aún no nacía, todavía cuenta, así como debería contar para los jueces en un país donde te meten presa por abortar o encarcelan a un médico por esta práctica”, reflexionó.
Fue por Manuela que la investigación no fue, como en muchos casos, engavetada. “Yo que no era usuaria asidua de las redes sociales comencé a usarlas activamente y por allí iba recibiendo pistas que a su vez iba dando a las autoridades; me negaba a dejar morir el caso en un país tan convulsionado donde los escándalos son tan frecuentes que casos como éste quedan relegados en cuestión de segundos”.
Su lucha rindió frutos y poco más de un año después del homicidio, la Interpol dio en el país vecino de Colombia con la captura de “Capitán” Bolívar, hombre que Pérez tuvo la oportunidad de mirar directamente en la cara, donde sin tajo de culpa y tras diferir en varias ocasiones la presentación, admitió haber disparado en contra de una manifestación de personas en la carretera Panamericana para dispersarla.
“Lo que para muchos resulta totalmente ilógico, a la jueza le pareció un acto de valentía. El Ministerio Público se fajó en el levantamiento de pruebas, blindando así el caso. Yo estaba conciente de que por admitir la culpa le rebajarían la pena, pero debían hacerlo en función a 30 años, es decir, que con el beneficio, yo aspiraba no menos de 25 años, pero el resultado fue prácticamente la mitad de los años que esperábamos que este monstruo pasara en prisión”, precisó quien se sintió una vez más burlada por las autoridades que parecen olvidar las andanzas de Bolívar, quien en el año 2003 participó en el plagio del economista Amado Pastor Gudiño (68), a quien contactó para supuestamente comprarle una finca en la zona haciéndose pasar por un capitán de la aviación venezolana. Lo mantuvo 65 días en cautiverio.
Al escuchar la noticia en primera fila en el tribunal de Caracas, lugar que se ha convertido en su segundo hogar, pues no deja de hacerle seguimiento al caso por temor a que Bolívar, experto en evasión, vuelva a hacer de las suyas, emprendió una nueva cruzada.
“Ahora estamos pidiendo una revisión del caso para que la Corte de Apelaciones eche para atrás esa condena de 17 años y la suba. Yo en lo personal sigo esperando la pena máxima que contempla nuestra legislación que es de 30 años. No es justa para una madre que enterró a su hija y nieto, pero al menos va más acorde a lo que ese tipo, quien ha paseado por diferentes cárceles del país, hizo”, advirtió.
No cesará
Las redes sociales han sido aliadas de Manuela en estos dos años, tiempo en el que se ha convertido en detective y abogada empírica. “Me niego a que sigamos envueltos en esta espiral de violencia e impunidad. Una persona me escribió que me quedara quieta, que al menos el responsable ya estaba preso, a este tipo de personas le digo que no cesaré en mi búsqueda de justicia porque hay que dejar un precedente en un país donde la falta de humanidad se está adueñando de todos”.
–Estoy convencida que Adriana y Alex están en paz, pero yo no cesaré hasta sentar un precedente en Venezuela y la gente reaccione del letargo en el que está. No podemos conformarnos, yo no cerraré este capítulo de mi vida hasta que no apliquen la pena máxima a Yonny Bolívar.
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl