Seis tiendas recorridas y la misma respuesta: no hay. La frase es cónsona con la vidriera que luce despejada de equipos celulares desde que inició el año.
La escasez no es la única barrera que debe superar Deyanira Viloria, que entre el 2015 y lo que va de año ha sido atracada en tres ocasiones. “La primera vez se llevaron mi Samsung Galaxy S saliendo de una estación del Metro en Caracas; la segunda me arrancaron la cartera con todo adentro en medio de un atraco en un autobús Caracas- Los Teques, incluyendo el teléfono. La tercera un mototaxista me arrebató el equipo que había guardado antes de salir del banco en la avenida Bermúdez”, relató.
–En junio de 2015 todavía se podían encontrar algunas marcas y modelos en una que otra tienda; yo pagué por un Sendtel 19 mil bolívares pero la realidad es que ahora los agentes autorizados lucen pelados y si algo llega es a precios exorbitantes (el mismo equipo no se consigue por menos de 60 mil). Tanta fue mi frustración al ver que no encontraba absolutamente nada, ni caro ni barato, que la última vendedora me recomendó que fuera a un servicio técnico en el Mercado Plaza de la capital mirandina, a ver si de casualidad tenían un equipo de segunda mano.
Para sorpresa de la universitaria, el encargado del lugar le dijo que tenía un Orinoquia valorado en Bs. 35 mil. “Él se compró uno más nuevo y tenía este en venta; tiene detalles en la pantalla y carcasa, pero el funcionamiento es perfecto”, relató la compradora que notó que tenía otros equipos usados. “Había un perolito como el de mi papá que apenas recibe llamadas y envía textos, valorado en 25 mil bolívares, y un Samsung en 85 mil. La primera opción fue la que más se ajustó a mi presupuesto; sin embargo, me pegó porque no pude usar mi tarjeta de crédito tal y como tenía pensado”.
Práctica
en auge
Como Deyanira cada vez son más las personas que terminan comprando teléfonos usados. “Ya nadie los dona, bota o guarda hasta que se dañen dentro de una gaveta; los mandan a reparar y lo venden a quien pague más”, explicó Margarita Cedeño, quien se sorprendió al ver un equipo valorado en Bs. 600 mil en una vidriera de un centro comercial en Sábana Grande.
–Lo poco que está llegando es sumamente costoso; son equipos muy sofisticados de última tecnología. En el caso negado de que tuviera el dinero sería absurdo comprarlo porque viviendo en Venezuela en esta época sería exponerme a perder la vida por algo material; no podría sacarlo siquiera de mi casa y yo necesito estar conectada todo el día porque soy community mánager y llevo las cuentas de tres empresas. Ese es mi sustento para pagar parte de mis estudios, por lo que es vital tener un teléfono inteligente pero que a la vez pueda utilizarlo en cualquier lugar sin temor a recibir un tiro para asaltarme.
El otro lado del negocio que florece por la situación país es más oscuro. “Está la reventa de equipos que son robados. Mucha gente se hace de la vista gorda y con tal de obtener un equipo medianamente barato incurre en esta lastimosa práctica”, confesó Luis Bastardo, quien tiene conocidos que basan su economía en esta modalidad.
“Sé de varias líneas de mototaxistas en Los Teques que están dedicadas a aprovecharse de descuidos de mujeres que van con los vidrios del carro abajo o liceístas que van despistadas hablando en plena calle y se los arrebatan para venderlos al mejor postor. Los ofrecen entre amigos, allegados e incluso vecinos, y prácticamente se los arrancan de las manos. Es un negocio redondo porque no les cuestan nada pero los venden al mismo precio que en una tienda”, añadió.
Venta por
catálogo
A propósito de la ola de robos que hay en el país, en agentes autorizados como el Movistar ubicado en La Cascada comenzarán a trabajar por catálogo. “Ya no exhibiremos los teléfonos en vidriera sino que las personas los encargarán en función de la disponibilidad que tengamos en el catálogo”, confesó una trabajadora del centro comercial ubicado en Carrizal, donde solo exhiben accesorios como protectores de pantalla cotizados en Bs. 1.500. “Los altos costos de lo poco que hay hacen que la gente más que todo venga a recargar saldo”.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl
