
Hasta Bs 80 por unidad han tenido que pagar perrocalenteros de la capital mirandina, que señalan que están a punto de cierre por al escasez de pan en las panaderías tequeñas.
“Antes compraba diariamente 500 panes y ahora ni me despachan, las panaderías no tiene harina ni para una canilla”, así lo aseguró Judith Medina, quien tiene un puesto de perro calientes y hamburguesas en la avenida Bermúdez y señala que la escasez y el desabastecimiento merma su ventas a casi la mitad.
Medina comentó que los ingredientes están escasos y muchos han casi desaparecido. Mencionó que tiene 40 años dedicado al ramo y nunca había pasado por una crisis así.
Dijo que hace tres meses compraba 50 paquetes de pan y salchichas por día y ahora debe zanquear panaderías de la ciudad para aunque sea comprar cada pan en Bs 80 paquetes, además de que la cartera de compradores ha disminuido notablemente.
Explicó que el pote de salsa de tomate estaba en enero en Bs 70 y ahora está en Bs. 380 un potecito de menos de 200 gramos, porque el galón no se consigue. , “Mientras que la mostaza brilla por su ausencia, no hay en ningún lado. Las mostazas, cuando se consiguen, en envase pequeño cuestan Bs.390, pero muchos de los comerciantes las venden entre 800 y 900 bolívares y eso no dura ni para 10 perros”.
Medina indicó que “en las panaderías tequeña existe un grave déficit de harina de trigo, y las pocas cantidades disponibles actualmente, se destinan en su mayoría a la elaboración de las variedades más solicitadas, como el canilla o el campesino, dejando a un lado la fabricación de nuestra principal materia prima”. Explicó que deben “cazar” a los vendedores bien temprano cada mañana para poder comprar el producto porque a media mañana ya se les termina.
“Adicionalmente, las salchichas, las papas fritas, las salsas y la carne de res aumentaron su precio hasta en un 2000 por ciento, generando con ello una baja sustancial de los ingresos”, dijo la comerciante.
“Si antes vendían 100 perros en un día ahora si acaso logró vender de 50 a 60, los ingresos son menos porque la gente come menos en la calle y ahora tenemos menos que venderle”, aseguró la vendedora que señala que tendrá que aumentar el costo del producto final porque no le queda ni para reponer los ingredientes.
Pola Del Giudice [email protected]/@polita26