Un etíope y un somalí aseguraron el jueves en Atenas que hacen parte de los 41 sobrevivientes de un naufragio que, según los cálculos del grupo, causó alrededor de 500 muertos en el Mediterráneo este fin de semana.
Muaz Mahmoud, de 25 años, originario de Oromia en Etiopía, declaró que perdió a su mujer de 21 años y a su hijo de dos meses, en conferencia de prensa celebrada en un centro de albergue de Atenas donde están alojados por la ONG griega Praxis.
El naufragio ocurrió el fin de semana pasado frente a las costas italianas.
«Embarcamos en una nave de 15 metros desde Tobruk (este de Libia) con 200 otras personas de diversas nacionalidades, especialmente somalíes, sudaneses, eritreos y etíopes, con destino a Italia», indicó.
«Luego de 15 horas de viaje, los traficantes de personas nos dijeron que íbamos a ser trasladados a un barco de 30 metros, donde había ya 300 personas», dijo el joven, conmovido y en un inglés elemental, pero con detalles coherentes.
Durante el traslado, aseguró, «el gran barco se hundió y todo el mundo murió, mi hijo y mi mujer (…), nosotros nadamos en dirección del barco pequeño, 41 de entre nosotros pudimos ser salvados».
Según su testimonio, los traficantes del «barco de 15 metros los abandonaron lanzándoles un teléfono celular que utilizaron para llamar a la policía italiana».
La policía se comunicó con el primer barco que navegaba en la zona pero no se detuvo. «Y luego de unos minutos, otro barco se detuvo y fuimos recigidos», indicó el sobreviviente.
Este barco, el «Eastern Confidence», de bandera filipina, trasladó sanos y salvos a los náufragos a Kalamata, en el sur del Peloponeso en Grecia.
Allí fueron socorridos por la policía y la alcaldía antes de ser asumidos por el Alto comisionado para los refugiados (ACNUR) de la ONU y la ONG Praxis.
AFP