En el centro de las sospechas vuelve a estar la fallida designación de Lula como ministro jefe de su gabinete, que para la Fiscalía pudo tener como objetivo «desordenar» las investigaciones sobre el expresidente (2003-2010)
La Fiscalía brasileña solicitó abrir una investigación a la presidenta del país, Dilma Rousseff, por supuesta obstrucción a la Justicia, según publicaron los principales medios nacionales en la noche del martes, en un nuevo giro de la profunda crisis política que sacude al gigante sudamericano.
De acuerdo con las informaciones de Globo, Folha de Sao Paulo y Estadao, el fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, solicitó a la corte suprema la apertura de una investigación a la mandataria, que enfrenta el período más delicado de su proceso de impeachment (juicio político), así como a su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, y al abogado del gobierno, Eduardo Cardozo.
Ésta es la primera vez que el Ministerio Público pide autorización para investigar a Rousseff, que hasta el momento no había sido indagada por ningún cargo de corrupción. Ahora la corte suprema deberá de decidir si acepta la petición y la mandataria se convierte oficialmente en investigada.
En el centro de las sospechas vuelve a estar la fallida designación de Lula como ministro jefe de su gabinete, que para la Fiscalía pudo tener como objetivo «desordenar» las investigaciones sobre el expresidente (2003-2010) que llevaba a cabo el magistrado de primera instancia Sergio Moro.
Encargado de juzgar el multimillonario fraude en Petrobras, y convertido ahora en un símbolo de la lucha anticorrupción, el propio Moro divulgó horas después del nombramiento una conversación grabada entre Rousseff y Lula, que según la Fiscalía podría ser un indicio de los motivos reales de la designación.
La presidenta siempre ha asegurado, sin embargo, que invitó a su predecesor a su gobierno por motivos estrictamente políticos, en un momento de estampida de aliados.
Este nuevo golpe revelado por los medios le llega a Rousseff más cerca del precipicio que nunca, justo una semana antes de que el pleno del Senado decida si la aparta 180 días de su cargo para dar inicio a su juicio de destitución.
Lula, en el centro
La tarde, sin embargo, ya había comenzado muy mal para Lula y su sucesora. Primero se supo que la Fiscalía había solicitado permiso al Supremo Tribunal Federal (STF) para investigar al expresidente por posible corrupción junto a tres ministros del gabinete de Rousseff y a otras 27 personas.
«El pedido es para agregarlos a la principal investigación (de la causa que investiga el megafraude en Petrobras) que es sobre organización criminal. Si es aceptado habrá más de 70 personas en el mismo proceso», dijo a la AFP un asesor del STF.
La petición de Janot incluyó a los principales articuladores políticos de Rousseff y del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT): el jefe del gabinete personal de la Presidencia, Jaques Wagner; el ministro de la secretaría de Gobierno, Ricardo Berzoini y el ministro de Comunicación Social, Edinho Silva.
«En el ámbito de los integrantes del PT, los nuevos elementos probatorios indican que actuó una organización criminal de forma vertical, con un alcance más bien amplio de lo que se imaginaba en principio y con una enorme concentración de poder en los jefes de la organización», escribió Janot en el pedido, según el diario Folha de Sao Paulo.
AFP