Los aviones dotados de motor y combustible nunca han alcanzado una altura superior a los 27.000 metros sobre tierra.
El vuelo más alto registrado fue el de un avión biplaza espía SR-71 Blackbird de Estados Unidos, que ascendió hasta los 25.930 metros.
El planeador, también biplaza, Perlan II es diferente de todos los aparatos que hayan ascendido a la estratosfera, aseguran los proyectistas, cuyo equipo forma parte del grupo Airbus.
Según reporta AFP, no tiene motor y debe confiar completamente en la combinación de aire caliente ascendiente y los flujos de viento formados por las cumbres de las montañas.
Un avión convencional remolca al Perlan II hasta la altura necesaria para que continúe el vuelo de modo independiente.
La nave se desliza sobre las ondas hertzianas, pero no obligatoriamente hacia abajo. Una prueba, realizada este fin de semana, ha demostrado que puede seguir subiendo y aún está por establecer los nuevos récords en la aeronáutica.
Los proyectistas esperan que se pueda usar para sondear la atmósfera, pero no únicamente la terrestre.
El planeador tiene el potencial para servir en un futuro con fines científicos en otros planetas con una densidad de aire baja.
La velocidad máxima del Perlan II es de unos 270 kilómetros por hora. Está equipado con tanques de oxígeno y paracaídas balísticos.
Hasta ahora, según el equipo desarrollador, el avión solo ha realizado un vuelo presurizado.
Las condiciones meteorológicas eran adversas al establecimiento de algún récord.