Mangueras y bombas se han convertido en el blanco de los antisociales en San Pedro de Los Altos, donde las cosechas están expuestas a ser visitadas por amigos de lo ajeno que ponen en riesgo las labores de riego en los cultivos de cilantro, lechuga, berenjena, auyama y brócoli.
“Teníamos un mes sin ver cilantro en nuestros puntos de venta por esta razón”, denunció José Echeverría, presidente del mercado que todos los domingos funciona en la antigua avenida Arvelo, quien denunció que los trabajadores del campo son víctimas diarias del hampa, lo que se ve reflejado en la menor cantidad de tarantines que son instalados los fines de semana.
–Que se lleven 100 metros de manguera es una tragedia: primero porque es un dineral para un campesino y segundo que no se encuentra en las ferreterías para reponerla, lo que atrasa las labores e incluso pone en riesgo cosechas enteras generando más pérdida para el bolsillo del productor y haciendo más complicado que los productos lleguen a manos de los consumidores.
La denuncia fue avalada por una trabajadora del campo que mantuvo en el anonimato su identidad, quien añadió que el poco alumbrado del que gozan en las cosechas contribuye al clima de fechorías en el que viven diariamente.
“Denunciar ante los cuerpos de seguridad es una pérdida de tiempo; cada quien resuelve de la mejor manera posible; unos pagan vigilancia y quienes no pueden no tienen más remedio que pegarse a rezar a todos los santos para evitar ser visitados por los amigos de lo ajeno que últimamente se están llevando hasta la comida de los empleados. Hace tiempo que San Pedro de Los Altos dejó de ser la sucursal del cielo”, atajó la entrevistada.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl