“Si el CNE colocó este viernes 24 de junio como último día de validación de firmas con la premeditación y alevosía de que por ser feriado, día de cobro para buena parte de los empleados públicos y un fin de semana largo propicio para una “puente” hasta el lunes, se equivocó en su estrategia obstruccionista porque en lugar de ser una desventaja se convirtió en una excelente oportunidad para que los firmantes que faltan lo hagan sin presión de ningún tipo”.
La reflexión la hace el politólogo Sergio Graffe, quien afirmó que de los estimados 300.000 empleados públicos que inicialmente firmaron contra Maduro, “sólo 5.000 cedieron ante el chantaje y el terrorismo laboral del gobierno y se autoexcluyeron pero el resto tienen este día libre para asistir a validar sin problemas de tiempo, así como los trabajadores de la empresa privada que por cumplimiento de horario tampoco habían podido salir de sus sitios donde laboran”.
–A este circunstancia se le sumará el hecho de que existen familias donde sus integrantes se turnaron de acuerdo a los días disponibles y la mayoría escogió este viernes para validar, según una encuesta tipo flash realizada a firmantes en las colas de Los Teques; y además, que los venezolanos tenemos la costumbre de dejar todo para última hora; lo que implica que estos tres elementos garantizan una participación superior respecto al promedio diario de los cuatro días anteriores.
Finalmente Graffe señaló que “la estrategia obstruccionista del CNE tenía la pretensión de desmotivar la participación en la validación de firmas, como fue la exigencia de que cada estado debía recabar y revalidar el 1% de las firmas por separado desconociendo que la circunscripción para un revocatorio presidencial es toda la geografía nacional, la colocación de las captahuellas en los municipios más alejados de los grandes centros poblacionales y con menor peso electoral y el corte de la jornada al medio día porque el proceso de validación se interrumpía a las 12 del mediodía para reiniciar a la 1 de la tarde; sin embargo, sucedió todo lo contrario porque estos abusos potenciaron la participación al punto de que muchos firmantes tuvieron que hacer viajes largos para llegar hasta los puntos de validación, como algunos de Chacao y Baruta que validaron en Barlovento o en Los Teques”.