Al menos 62 productos están fuera del radar de las amas de casa, a quienes cada día se les hace más difícil preparar el menú diario, sobretodo en aquellos hogares donde hay infantes y personas con alguna condición que amerite una dieta específica.
“Mi papá es diabético y mi hijo de 4 años autista. Para el primero tengo que hacer muchos platos verdes y para el segundo excluir todos lo que contengan gluten y caseína, lo que cada vez se hace más complicado porque compro lo que consigo que es poco”, confesó Georgina Meléndez, residente de Lagunetica.
–Mi esposo y yo solíamos llevar una dieta normal, lo que se traducía en tres menús diarios, pero ahora se hace uno genérico a duras penas; trato de cumplir con los requerimientos de mi papá y el chamo, pero hay días que no tengo chance y les toca envenenarse con lo que hay en la nevera. Parece una exageración, pero por la condición de cada uno al no cumplir la dieta lo que hacen es intoxicar sus cuerpos a riesgo de empeorar lo que ya padecen.
En hogares promedio la situación no difiere demasiado. “Cada semana despachan menos productos a los mercados y hay más gente en la calle buscando alimentos. A la escasez reinante se le suma la inflación”, dijo Carmelina Quijano, declaración que coincide con los datos aportados por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas FVM), que arrojan que 43,10 % de los 58 productos de la canasta escasean.
Aparte del reflejo de la escasez en productos como leche en polvo, sardinas enlatadas a precio regulado, atún enlatado, pollo, carne de res, hígado de res, margarina, azúcar, pernil, aceite de maíz, huevos de gallina, queso blanco duro, caraotas, arvejas, lentejas, arroz, harina de trigo, avena, pan, pastas alimenticias a precio regulado, harina de maíz, café, salsa de tomate, mayonesa y queso amarillo, reina la inflación.
Según el más reciente informe dado a conocer, el precio de la cesta aumentó 817,1 % en un año y subió 41.555,82 bolívares (22,5 %) con respecto a abril, llevando el precio de la Canasta Alimentaria Familiar de mayo a 226.462,17 bolívares.
“Atrás quedaron los días cuando uno decía que iba a hacer mercado y salía con el carrito full de víveres, carnes, charcutería, perfumería y productos de limpieza del hogar; ahora hay que comprar todo a cuentagotas y limitado porque los mortales como yo no devengan ni una quinta parte de ese monto”, se quejó Gloria Maldonado, residente del municipio Carrizal.
–Hay que ir cazando la mercancía de local en local. Este martes por ejemplo pude comprar harina PAN y azúcar regulada; así que esta semana me activaré en la búsqueda de detergente para lavar la ropa y la otra me activaré para comprar jabón de baño y champú. Esta crisis ha convertido a los compradores en detectives que se la pasan haciendo trabajo de inteligencia para acceder a mercancía básica.
Palo
arriba
El desabastecimiento está lejos de ser el único obstáculo a superar por las amas de casa. Las hortalizas y frutas el pasado mes presentaron un repunte de 15,5 % en su precio, llevando a las personas a comprar “por puñito” en vez de la tradicional medida de kilo.
“La gente pide con temor, van viendo en la balanza para no salirse del presupuesto”, dijo Margare Rojas, encargada de una frutería en el casco central de la capital mirandina.
“Ya la temporada de mango va de salida. Fue muy popular porque un kilo podía llevarse entre 100 y 200 bolívares, precio por el cual no puedes comprar ni una chupeta en el kiosco”, agregó la vendedora, quien añadió que la gente está optando por llevarse la promoción de 3 pequeñas piñas por Bs. 500; el kilo de mandarinas por el mismo precio, así como el racimo de mamón, que puede llevarse por 300 bolívares.
–Los venezolanos estamos atravesando una situación extrema y por tanto echamos mano de soluciones antes impensables. Hasta hace un par de años los mangos se podrían tras caer de los árboles, este año fueron la salvación para quienes no tenían cómo preparar las tres papas diarias. Insólito pero cierto.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl
