Por qué no te callas

Cuando un politólogo se empecina en cada escrito a darle argumentos a la oposición, deja mucho que desear en cuanto a la seriedad y compostura de sus disertaciones

Estoy seguro que de inmediato a esta lectura, recibiré perlitas de los que siguen a este señor en su apoyo al minúsculo grupo que patrocinan. Es inconcebible cómo este amigo de la pretendida división del chavismo, desde la derecha disimulada, no pierde ocasión para atacar al presidente Maduro y al gobierno bolivariano. Creo que de verdad, cuando un politólogo se empecina en cada escrito a darle argumentos a la oposición, deja mucho que desear en cuanto a la seriedad y compostura de sus disertaciones; en verdad desconozco qué hay detrás de la arrechera que Evans tiene sobre el presidente Maduro, lo cierto es que cualquier cosa la toma como válida para atacarlo y despotricar hasta de su gobierno.

En el comportamiento histórico de la Venezuela política, no había ocurrido tanto escrito de lo que sea y en el fondo siempre para atacar al Presidente. Es por ello que si analizamos detenidamente cada uno de ellos, podemos sacar en conclusión, a primera vista, que hay un reconcomio, porque apenas se juramentó el presidente, este señor comenzó una arremetida en forma de cruzada personal que nunca termina y es por ello que unas vacaciones de declaraciones deben ayudar a cualquier cristiano no a enderezar, sino a pensar algo mejor las posturas y le podría aclarar si es que algo le queda de chavista, le permita modificar la sindéresis de cada escrito.

Cuando en su último artículo en Aporrea señala que Ramos Allup tiene una conducta complaciente con el madurismo, sencillamente porque Allup no le dio derecho de palabra en la Asamblea Nacional, queda, en nuestro concepto, la demostración de la voluntad de Evans de figurar por encima de lo que se le ocurra. Yo no tomo de manera personal, no obstante. En política, lo que se dice debe estar cónsono con conductas éticas en cuanto a la posición que se tiene dentro de lo que concebiríamos como periferia del chauvinismo. Al menos es algo bondadoso de mi parte, con las dudas del caso.

Como decía aquel humorista mexicano. ¡Habrase visto tanta locura!, dado que pareciera, además, que la lujuria cuando la política no te deja dividendos, es reaccionar peor que antes de decir tantas incongruencias programáticas y de adolecimiento de profundidad holística. Pero hay gente que le cuesta doblar la esquina a ver qué viene, de manera tal que, atacar como lo hace el señor Evans, se convierte en una obsesión, que es la cosa más peligrosa que le puede ocurrir a un político y aún más a un politólogo. Es esta la última vez que me refiero a este señor, ustedes sacarán conclusiones.

Rafael Febles

aporrea.org

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