La actriz de origen hondureño América Ferrera, una asidua seguidora de Hillary Clinton y activista migratoria, hablará hoy en la Convención Nacional Demócrata, que proclamará oficialmente a la candidata demócrata.
La protagonista de «Ugly Betty» (Betty la fea) señaló que la «enfermaron» las «mentiras» durante la Convención Nacional Republicana de la semana pasada, al señalar que hay que ceñirse a los «hechos» y no dejar avanzar las «mentiras» sobre la comunidad hispana e inmigrante.
Las declaraciones, que hizo este viernes al programa «Real Time with Bill Maher», fueron un anticipo de su participación este martes en el cónclave demócrata, que se realiza desde este lunes en Filadelfia (EE.UU).
La actriz, que también apoyó la candidatura de Clinton en 2008, expresó que los inmigrantes, según varios estudios son menos propensos a cometer crímenes.
Ferrera se refirió así a los comentarios del candidato republicano, Donald Trump, que ha llamado a los inmigrantes mexicanos violadores y criminales.
La actriz hispana, de 32 años, que aseguró que su activismo se debe a que son problemas que le atañen como hija de inmigrantes, lamentó que los republicanos «no pueden estar más equivocados» acerca de esta comunidad.
«No tengo el lujo de no estar enojada. Todo lo que soy está bajo ataque», expresó la intérprete en su cuenta de Twitter a un comentario que la criticaba de estar brava durante el programa de Maher.
Por otro lado, Ferrera señaló que la gente debe entender que los inmigrantes de origen latino «también son estadounidenses» y por ello mismo, hay algunos hispanos seguidores de Trump, que como muchos votantes están «enojados».
Pero aseguró que la mayoría de los hispanos rechazan al magnate inmobiliario.
La actriz tiene previsto participar esta tarde en la Convención Nacional Demócrata, que reúne a los delegados de ese partido de los 50 estados para elegir a Clinton como aspirante presidencial del partido.
Ferrera es conocida por su participación en campañas nacionales por la promoción del voto latino en Estados Unidos y la reforma migratoria, la cual se encuentra estancada pese a que en 2013 el Senado aprobó un proyecto bipartidista, que, sin embargo, no prosperó en la Cámara de Representantes.