En un estacionamiento colectivo se ha convertido la carretera Panamericana, donde en promedio los conductores duran hasta seis horas inmersos en tráfico, siendo el tramo más complicado el que va de Los Teques a San Antonio de los Altos.
Falta de iluminación, fallas de borde, derrumbes, semáforos dañados y cunetas tapadas son algunos de los problemas que reportan a diario los conductores.
La carretera de 45 kilómetros diseñada para un volumen vehicular diario de 10 mil carros, ha sobrepasado su capacidad 10 veces. Cerca de 10 mil motores corresponden al transporte público y 5 mil a transporte de carga pesada, según cifras desprendidas del libro “Los Teques: de la ciudad imprevista a la capital del cambio”.
Basados en estos cálculos es fácil comprender el problema de movilidad existente en la arteria que conecta los Altos Mirandinos con Caracas, a juicio de Ovidio Lozada, exalcade del municipio Los Salias (2008-2013) y quien fungió como Autoridad Única de la Panamericana durante el lapso 2002-2003.
“Trabajadores, estudiantes, choferes, oficinistas, deportistas, amas de casa, dirigentes vecinales, niños, ancianos y hasta turistas dejan la vida pegada al asfalto, hemos heredado una problemática de colapso y maltrato de la vía, lo cual es comprensible si partimos del hecho que desde la época de Marcos Pérez Jiménez solo hemos tenido una vía de comunicación con la capital del país”, afirmó Lozada, para agregar que es vital buscar la manera de intentar hacer el tránsito más ligero.
Sin embargo, la situación se ha hecho cuesta arriba luego de que la responsabilidad de esta vía fuera transferida de la gobernación de Miranda al Gobierno nacional, desapareciendo la figura de Autoridad Única.
Rommel Flores