“Condición infrahumana.” Así describen los habitantes del barrio Sucre la situación que viven. Esta barriada, ubicada en la carretera Panamericana, está afectada por distintas problemáticas.
La calidad de vida de cada uno de los habitantes de este sector baja con el transcurso del tiempo y de la misma forma, su tranquilidad es perturbada.
Muchos factores son los que mantienen intranquilos a estos vecinos, uno de ellos es la situación con los drenajes del lugar. “Es nuestro mal de toda la vida”, aseguran personas que viven desde hace años en el sector.
Los desagües están dañados y gracias a esto comenzó un inmenso bote de aguas negras. La contundencia con la que sale el agua la hace casi imposible de parar. Incluso, se mete para algunas de las viviendas que se encuentran en la primera etapa del barrio.
“Pasamos el día sacando agua sucia de nuestras viviendas”, explicó Arévalo González, habitante del lugar.
Los putrefactos olores se hacen presentes y perjudican la salud de las personas de maneras inimaginables. Las aguas se mezclan con todo tipo de desechos, volviendo el escenario más nauseabundo y la situación más precaria.
Aseguran que se han registrado en la zona casos de diversas infecciones a raíz de esto.
“Hay muchos niños en esta comunidad y se están enfermando; ellos y los ancianos son los más vulnerables”, comentó.
Asimismo, mencionó que enfermedades de la piel como la escabiosis son cada vez más frecuentes en la localidad.
Comentaron que anteriormente han acudido distintos entes pero ninguno ha aportado una solución concreta. Por esto, muchas veces los vecinos han tenido que “meter la mano.” Han intentado arreglarlo por su cuenta a pesar de no poseer conocimientos sobre drenajes, pues no les queda de otra.
“No nos resuelven; lo máximo que hacen es echarle un ojo y tomar unas cuantas fotos, no más de ahí”, manifestó González.
Por eso piden a las autoridades, ya sea la alcaldía o la gobernación, que se acerquen, evalúen el escenario y brinden ayuda.
“Acaba de pasar el aniversario de Los Teques, por eso deberían darnos ese regalo; traer especialistas y cuadrillas de limpieza para que podamos tener una comunidad mejor”, sostuvo.
Delincuencia vuelta loca
En el barrio Sucre no solo sufren por la condición de los drenajes y filtraciones; la inseguridad también ha hecho de las suyas.
Los atracos suceden a cualquier hora del día, los delincuentes se las arreglan para lograr su cometido.
Vecinos comentan que son bandas de otras comunidades las que se acercan y tienen “a monte” a los residentes.
“Atracos con cuchillo, pistolas y hasta con armas largas. Generalmente van en parejas, pero en ocasiones son hasta cuatro personas. Interceptan a cualquiera que vean ‘mal parado’, no les importa si es un anciano o hasta niños de colegio. Casi siempre lo hacen para robar celulares ”, dijo una lugareña.
Tienen miedo y por eso se encierran bajo llave en sus hogares en cuanto pueden hacerlo. Viven en un “toque de queda”; el que camina solo por la zona es considerado un valiente.
Su integridad física peligra y nadie los protege; temen que alguien resulte muerto por oponerse a algún robo. La mayoría de los vecinos de este sitio tiene una anécdota propia, casi todos han sido víctimas del hampa.
Afirman que el patrullaje que hacen por la zona no es suficiente, ya que los asaltantes conocen las horas en que las autoridades llegan.
“Solo patrullan en las horas pico, esto no es suficiente”, apuntó otro residente.
Habitantes de esta localidad piden más patrullaje e incluso la creación de un punto de control de la policía en algún lugar cercano. “Queremos sentirnos seguros de nuevo”, finalizó. gf
María Fernanda Pérez Cruz [email protected]