La 70ma edición del Festival de Cine de Cannes se inauguró esta semana en la Costa Azul de Francia bajo un cielo azul y las grandes sonrisas de luminarias que incluyen a Will Smith y Marion Cotillard.
Pero una disputa sobre el lugar de Netflix en el festival de cine más prestigioso del mundo continuaba acaparando las luces de los reflectores mientras Cannes desenrollaba su alfombra roja.
El optimismo abunda este año en Cannes, con la participación de cineastas de renombre como Todd Haynes (“Wonderstruck”), Sofia Coppola (“The Beguiled”), Michael Haneke (“Happy End”) y Lynne Ramsay (“You Were Never Really Here”). Pero el rencor y la controversia han caracterizado el preámbulo al evento, así como su día inaugural.
Por primera vez, Cannes seleccionó dos estrenos de Netflix —”Okja” de Bong Joon-ho y “The Meyerowitz Stories” de Noah Baumbach — para la competencia por la Palma de Oro. Cines franceses, que tienen reglas estrictas respecto a películas de servicios de streaming, se sublevaron ante la idea de que un filme que no se proyectará en la gran pantalla gane la Palma de Oro, el máximo honor del cine junto con el Oscar, y para algunos incluso más importante.
El festival escuchó y el próximo año no aceptará películas que se distribuyan únicamente vía streaming.