
Con tobitos y buscando comprar botellones o cisternas han sobrevivido el ultimo año en la Hidrocapital que regularice el servicio que nunca había presentado tantas fallas como desde el 2016.
Romelia Cuenci, en compañía de un grupo de habitantes, refirió que la situación es crítica. “No podemos hacer los quehaceres del hogar”.
Han acudido a Hidrocapital en reiteradas oportunidades y aun cuando le han dicho que van a reponer las fallas singuen sin recibir agua. “Si no bombean con regularidad no logran abastecer a todos los edificios”, dijo.
En la empresa estatal señalan que hay una falla en la tubería que bordea el rio, pero Cuenci indicó que la falta de agua se viene presentando mucho antes del incidente con el río.
Cuenci agregó que al parecer la bomba que suministra el agua es llevada a otras comunidades; por eso el bombeo es irregular e insuficiente. A la par subrayó que el problema con el servicio tiene más de un año y hasta la fecha Hidrocapital no lo ha solucionado.
Sin desmalezar
Asimismo, Cuenci señaló que han pedido que se envíen cuadrillas de servicios públicos a reparar un hueco en la vía principal, que está hundiendo un alcantarillado. Por igual, solicitan que se realice un operativo de desmalezamiento pues desde hace más de dos años no recibe una limpieza la vía.
“La maleza ha alcanzado mucha altura y eso hace peligrar a quienes utilizamos escaleras para bajar desde los primeros bloque y por la vía principal”, dijo la vecina.
Sin transporte
Los vecinos refirieron que después de las 6 de la tarde el transporte público no quiere recorrer toda la ruta y deja a los pasajeros en los primeros edificios. “Ellos lo que les gusta es apoderarse de todas las rutas y dejan a la de El paso sin unidades”, dijo.
Trabajos a medias
Detallaron que con el Ministerio de Ambiente y la alcaldía de Guaicaipuro estaban realizando unas reparaciones de una tubería pero “solo taparon los huecos porque estuvimos meses tragando tierra y ahora la vía se está hundiendo”, dijo Cuenci.
Vías repletas de huecos
La vialidad es una de las principales dolencias que aquejan a esta comunidad. Los huecos, grietas y fallas de borde son lo más frecuente de encontrar en este deteriorado escenario.
La conocida ”Fiesta del Asfalto” parece no ser más que un lejano mito para los residentes de estos bloques, quienes afirman que desde hace años ningún ente se ha encargado de solventar esta situación desde la raíz.
“Solo escuchamos promesas con respecto a la vialidad, pero las cosas no avanzan de ahí”, comentó la vecina.
Muchas de estas fallas son tan graves que amenazan desde el estado de los vehículos que circulan por allí hasta la cantidad de gente que debe movilizarse.
El tiempo es el peor enemigo de la vialidad, ya que al no haber mantenimiento en esta área las calles empeoran debido al constante tránsito de automóviles.
Los conductores que diariamente circulan por ahí afirman que se la pasan esquivando huecos para evitar caer en ellos y además para no provocar accidentes.
“Es un peligro que las calles estén en semejante estado”, concluyó.
A oscuras
El alumbrado también perjudica a la comunidad. Muchos describen que desde que cae la noche todo se torna como “una boca de lobo” y que esto es un factor que facilita a los delincuentes “hacer de las suyas”.
Tres de los postes eléctricos están fuera de funcionamiento y han dejado como consecuencia una oscuridad casi total en uno de los callejones que intercomunica al sitio.
“La gente tiene miedo de pasar por aquí”, mencionó.
Alegó que es de carácter de urgencia mejorar el alumbrado público de los alrededores, para así volver al sitio un poco más transitable.
“Entre tantos huecos en las vías y la falta de luz, es prácticamente imposible caminar por aquí cuando empieza a atardecer”, dijo.
Varios lugareños estuvieron de acuerdo en que Corpoelec debería “poner el ojo” en este sector, ya que es necesaria la acción de las autoridades pertinentes.
Hampa desatada
La inseguridad resulta ser el “pan de cada día” de muchas localidades tequeñas y la urbanización El Paso no se escapa de la lista.
Los maleantes, armados “hasta los dientes”, se encargan de intimidar y amedrentar a los locales para así despojarlos de sus pertenencias. Esta comunidad ha sido en más de una ocasión escenario de actos vandálicos que han generado una especie de toque de queda.
Pola Del Giudice