La frase “las entradas de la película están agotadas” quedó en el pasado, ya que es un completo lujo ir al cine en estos días, la entrada tienen un costo mayor a los 8 mil bolívares, más los combos que pueden costar más de 15 mil bolívares, han hecho que los venezolanos ni a una peliculita vayan. También por la crisis muchas películas se han dejado de estrenar sumergiendo al pueblo en un gran retraso cinematográfico.
Algunos ciudadanos, precisan que tienen más de dos años sin ir al cine, la razón todos los ingresos los destinan para compra de comida y en algunas ocasiones para medicinas. Es de referir que estudios indican que la recreación de las familias del país es casi nula por los costos, apuntan que comer una barquilla se gasta 2500 Bs, con lo cual se puede pagar el pasaje de transporte público para varios días.
Las ida a la playa, también son difíciles un toldo puede costar hasta 40 mil Bs, además si hay que pagar transporte público, se necesita contar con efectivo que cada día está más fuerte de conseguir.
Las opciones de diversión se ven reducidas a comidas en los hogares, con la colaboración de todos los que asisten, más una película o para ver un partido deportivo. Las salidas de novios quedaron en el pasado se puede gastar más de 100 mil bolívares si hay que pagar taxis y comiendo lo más sencillo posible. BH