Los altos precios de las proteínas las han alejado de los hogares venezolanos. “Para poder comprar carne o pollo tengo que esperar a fin de mes que me pagan los cesta tickets, la quincena no me alcanza para nada” afirmó la ama de casa Josefina Borzellino. “Es una cosa o la otra, ya no se pueden comprar ambas.”
A principios de este año el kilo de pollo costaba 138.000, actualmente cuesta 300.000 bolívares, es decir, un incremento de aproximadamente 120 % en dos meses. El sueldo mínimo es de 279.000 Bs, lo que quiere decir que ni ahorrando todo su sueldo de un mes un trabajador puede comprarse la proteína.
“Está incomprable, antes eso era un producto de primera necesidad y ahora uno lo tiene que ir dejando. Además tienes que visitar mercado tras mercado para conseguir un precio más accesible” dijo Yajaira Caldera “Cuando lo puedo comprar se lo dejo a mi hijo, yo me puedo resolver con cualquier cosa.”
El precio de la carne de res también se ha disparado, de 230.000 BsF que costaba a principios de enero, hoy se consigue por el precio de 475.00 Bs en algunos bodegones, cuando llega regulada a los supermercados está en 300.000 Bs.
“Prefiero comprar un kilo de carne molida que pollo. Cuando limpio el pollo, le quito los huesos y la piel, se reduce a medio kilo y cuidado. La carne me rinde para más veces” expresa Krizia Russo.
Enrique Pimentel, pasante en un escritorio jurídico, gana sueldo mínimo y solo le alcanza para algunos desayunos en la universidad. “Mi familia se fue del país y vivo solo aquí, ellos me mantienen económicamente pero muchas veces lo que logran enviar no me alcanza debido a los gastos que van surgiendo e incrementando.”
Afirma que ha perdido de peso en los últimos años por los altos precios de los alimentos y la dificultad para conseguirlos. “Es imposible surgir en un país en el que ni siquiera puedes comer.”
Fabiana Russo
