El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) presentó este viernes el mapa de riesgos y mejores prácticas para el ejercicio del periodismo en Venezuela, un proyecto auspiciado por la Embajada Británica en Caracas que logró caracterizar las distintas violencias que afectan la profesión, así como sus operadores en cada uno de los 24 estados del país.
El manual nace de una aproximación con 400 periodistas y trabajadores de la prensa, y categoriza los riesgos en función de la violación de derechos y de los delitos que comúnmente se cometen contra este sector. Entre octubre de 2018 y febrero de 2019, el SNTP celebró siete sesiones de trabajo en igual número de estados. La dinámica de cada encuentro permitió levantar las condiciones en la que los periodistas ejercen, las dificultades y, muy importante, las prácticas más recurrentes con las que sortean los conflictos y generan mecanismos de seguridad, en función de preservar el derecho a la información.
A partir de los testimonios de los participantes (trabajadores de medios públicos y privados), se recogieron 900 expresiones de percepción de riesgo que terminaron en 12 categorías y 28 subcategorías. En líneas generales, se corresponden con el “qué” y con el “quiénes”, es decir, lo que ocurre y quiénes son los responsables. De esta manera se evidencia cómo opera un riesgo en Apure o cómo opera en Bolívar, en Anzoátegui o en cualquiera de los estados.
La intimidación es el riesgo con mayor recurrencia. Se evidenció en 22 estados y el Distrito Capital. Los victimarios más destacados son los cuerpos de seguridad del Estado y los funcionarios del gobierno. Los siguientes sujetos de intimidación más frecuentes, en tercer y cuarto lugar, consisten en actores del crimen organizado: colectivos armados y bandas regionales. De esta manera, de acuerdo con los testimonios de los participantes al taller, se evidencia una política de Estado de amedrentamiento de la labor periodística.
En el caso de la violencia contra la mujer periodista, se documentó su presencia en Falcón, Lara, Sucre, Táchira, Vargas, Yaracuy y el Distrito Capital.
La comparación de categorías y sub-categorías determinadas permitió establecer el alcance geográfico de algunos riesgos, así como conocer cuáles agresiones hacia la profesión son más particulares y exclusivas de cada entidad.
Además de identificar los riesgos para el ejercicio del periodismo, las sesiones de trabajo y el manual construyen consenso sobre las definiciones de cada situación, avanzando en un lenguaje común. En Venezuela, la Constitución, la ley y hasta los tratados internacionales de derechos humanos son objeto de interpretaciones acomodaticias por parte de unos operadores judiciales que no se rigen por el Estado de Derecho sino que actúan incondicionalmente al servicio del gobierno. Llamar a cada cosa por su nombre es indispensable para la denuncia y la documentación.
Durante la presentación del manual, el Secretario General del SNTP y coordinador del proyecto, Marco Ruiz, justificó la investigación al enumerar las condiciones de libertad y seguridad como inherentes a la función del periodismo. Recordó que en los últimos 6 años -entre enero de 2013 y diciembre de 2018- documentaron 2020 ataques a la libertad de expresión y se evidencio la ausencia del Estado como garante del ejercicio de los derechos violentados.
Edgar López, periodista especializado en Derechos Humanos, capacitador además de las sesiones en las regiones, refirió el lenguaje común al que apunta el documento. Las reporteras e investigadoras Cristina González y Génesis Carrero Soto puntualizaron los hallazgos en los 23 estados y su visualización en toda Venezuela.
Por su parte, el Embajador del Reino Unido en Venezuela, Andrew Soper, explicó que la libertad de expresión y el fortalecimiento de la capacidad de los periodistas para desarrollar su labor de una manera segura y efectiva constituyen una prioridad para la política exterior de su país tanto en Venezuela como en el resto del mundo.
Asimismo, el diplomático británico destacó que, en el actual contexto venezolano, es muy importante ayudar a garantizar la seguridad e integridad personal de los trabajadores de la prensa, por lo cual espera que el manual elaborado por el SNTP contribuya positivamente al trabajo de los periodistas y medios de comunicación en el país.
En este sentido, Soper manifestó que este proyecto no fue una iniciativa aislada, que el Reino Unido apoyó otros dos proyectos en el área de la libertad de expresión en Venezuela durante el período 2018-2019 y que la Embajada Británica en Caracas seguirá trabajando este tema tan importante para ambos países.
La recolección
El SNTP estuvo en Valencia, a donde asistieron también reporteros de Cojedes, Aragua, Guárico y Apure; en Margarita, con presencia de trabajadores de Nueva Esparta, Sucre y Anzoátegui; San Cristóbal, con presencia de periodistas de Mérida; Maracaibo, con asistencia de Falcón y Trujillo; Puerto Ordaz, con participantes de Delta Amacuro y Monagas; Barquisimeto, a donde llegaron Portuguesa, Yaracuy y Barinas. El cierre fue en Caracas, con Miranda y Vargas.
Previamente, los participantes seleccionados ofrecieron una serie de datos basados en su experiencia que permitió hacer una selección ajustada al enfoque del proyecto y direccionar cada uno de los talleres a los reporteros de esos estados y a las condiciones en que hacen su trabajo.
Durante cinco meses se ejecutó esta fase con una relatoría y registro detallado del aporte que cada reportero. Las jornadas apuntaron a un doble objetivo. Por una parte: brindar orientaciones a los periodistas sobre violaciones de Derechos Humanos y delitos penales de los que pueden ser víctimas, así como de marcos regulatorios que los protegen. Por otro lado: el taller se enfocó en recolectar testimonios sobre situaciones que afectan el ejercicio de la profesión en las distintas regiones y qué estrategias de protección han funcionado.
Los periodistas que participaron en los talleres relataron varias estrategias de prevención y reacción que han puesto en marcha para enfrentar los riesgos de su trabajo. A nivel preventivo, se plantearon prácticas de coberturas en conjunto, mediante el trabajo en equipo entre periodistas de distintos medios, para favorecer el resguardo mutuo durante el ejercicio reporteril.