El Gobierno iraní ha advertido de que la muerte del líder del Estado Islámico (EI), Abu Bakr al Bagdadi, no supone el fin de esa ideología, cuyas raíces se encuentran en «los petrodólares» y en las políticas militares de Estados Unidos en Oriente Medio.
«Así como la muerte del (fundador de Al Qaeda, Osama) Bin Laden no erradicó las raíces del terror, la muerte de Al Bagdadi no será el fin del ‘daeshismo», dijo el portavoz gubernamental, Ali Rabieí, en alusión acrónimo en árabe del EI, Daésh.
El portavoz iraní aseguró en un mensaje en Twitter horas después de que Washington anunciase la muerte de Al Bagdadi en una operación militar estadounidense en Siria que «los cimientos del Daésh no serán destruidos con bombas y misiles mientras existan los petrodólares regionales y la ideología extremista suní».
Rabieí cargó de esta forma contra las monarquías árabes suníes del golfo Pérsico, en especial Arabia Saudí, a la que responsabiliza de financiar a grupos extremistas gracias a sus ingresos del petróleo.
Además de a sus vecinos de la región, el Gobierno iraní acusó a EEUU de favorecer el terrorismo en Oriente Medio y el norte de África con sus «políticas militares» y su «apoyo al despotismo».
Al Bagdadi se inmoló haciendo detonar un chaleco explosivo en un túnel cuando se vio cercado en la pequeña localidad de Barisha, en la provincia septentrional siria de Idlib, explicó el presidente estadounidense, Donald Trump.
Fue Trump quien anunció este domingo la muerte de Al Bagdadi, considerado el terrorista número uno del mundo y objetivo de Washington desde que en 2014 autoproclamase un califato en amplias zonas de Siria e Irak