Luz Marina, dueña del local, explicó que las constantes fallas eléctricas en la entidad fueron uno de los detonantes que llevaron al negocio a números rojos. La mayoría de las venezolanas que se dedicaban a realizar trabajos sexuales en el país migró a Colombia
El Burdel Marina, conocido por ser el más antiguo de Barquisimeto, estado Lara, actualmente vende granos, verduras y carne para poder costear los impuestos que imponen las autoridades sobre el local.
En un trabajo de investigación realizado por el medio venezolano Impacto TDN, la dueña del local, Luz Marina, relató que los servicios sexuales que ofrecen sus trabajadoras no son suficientes para mantener el local.
El Burdel Marina, que abrió sus puertas en la década de los años 70, es uno de los más reconocidos y visitados de Barquisimeto. Sin embargo, esto no impidió que la crisis del país afectara el oficio más antiguo del mundo.
Luz Marina explicó que las constantes fallas eléctricas en la entidad fue uno de los detonantes que llevaron al negocio a números rojos. Sumado a esto, la inflación y la migración también golpearon duramente al establecimiento.
«Nos quitan la luz, se va a las 7:00 pm y llega de 12:00 am a 1:00 am. Y entonces, ¿cómo hacemos para trabajar?, ¿cómo hacemos para que nos llegue la gente? No podemos trabajar sin luz porque con la delincuencia como está, nos da miedo», expresó Luz Marina.
Agregó que las mujeres llegan al local para trabajar, pero el problema eléctrico les impide trabajar y ganar dinero.
Debido a esta situación, la dueña del lugar se vio en la necesidad de diversificar el negocio. Ahora en la puerta vende durante el día granos, verduras y carne, lo que le ayuda a sobrevivir y pagar impuestos.
En Barquisimeto quedan solo tres de estos locales para adultos, aunque todos se han visto afectados por la diáspora. En esos lugares podían trabajar 70 mujeres dedicadas a realizar favores sexuales, ahora solo laboran 10
Venezolanas se prostituyen en Colombia
La mayoría de las venezolanas que se dedicaban a realizar trabajos sexuales en el país migró a Colombia.
Hoy día, muchas de las mujeres que trabajan en burdeles de ciudades como Cúcuta y Bogotá son venezolanas. Si bien un gran número tomó la decisión de realizar esta labor por voluntad propia, otras son víctimas de trata de personas.
La Asociación de Mujeres Buscando Libertad, una ONG dedicada a la defensa de los derechos humanos y laborales de las trabajadoras sexuales, explica que más de 6.500 mujeres habrían ingresado a Colombia para prostituirse.
Una de cada tres prostitutas de la ciudad de Bogotá es venezolana, de acuerdo con un estudio de la Secretaría Distrital de la Mujer reseñado por el diario ABC de España.
El diario El Mundo de España señaló que, según el Comité de Bogotá para la Lucha contra la Trata, 30% de las víctimas de explotación sexual son mujeres y niñas venezolanas.
Mientras que el Observatorio de Equidad de Género calcula que 74% de las venezolanas que ejercen la prostitución lo hacen por primera vez en Bogotá.
El informe Trata de personas, trabajo forzoso y esclavitud moderna, realizado por Paz Activa con ayuda financiera de la Embajada del Reino Unido en Caracas, indicó que redes de tráfico y de trata se están aprovechando del éxodo masivo de venezolanos.
La abogada Beatriz Borges, una de las autoras del informe, aseguró que en solo dos años los casos de esclavitud moderna crecieron 300% y son ya 198.000 personas.
