Cecodap y el Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco) mostraron cómo con la educación a distancia se acentuaron las desigualdades entre los distintos niveles socioeconómicos.
Alertaron que, si no se implementan políticas para reducir estas brechas, se corre el riesgo de que los escolares enfrenten más frustraciones y terminen por dejar los estudios.
Organizaciones como la Asociación Venezolana de Educación Católica (Avec) describen el gran esfuerzo que realizaron a partir del 16 marzo de 2020 cuando se suspendieron las clases presenciales en todo el territorio. Aún así, reconocen que no pudieron llegar a toda su población estudiantil.
La presidenta de la Avec, Sor Alicia Boscán, dijo el 23 de julio que aún no tenían cifras de cuántos estudiantes dejarían sus aulas. Se encontraba a la espera de que las 30 seccionales de la organización en todo el país les enviaran la información correspondiente.
Hasta ahora la referencia más cercana a este fenómeno la ofreció Fe y Alegría, que pertenecen a la Avec. La directora del Programa Escuelas, Noelbis Aguilar, indicó que al cierre del año escolar el movimiento educativo logró atender a un 80% de sus 105.776 estudiantes.
Sobre el 20% restante, unos 21.155 alumnos, la educadora indicó que “algunos de ellos” reaparecieron en el mes de julio y la organización puso a su disposición un programa de nivelación y recuperación para procurar que se mantuvieran en el sistema.