Hay muchas voces reclamando suspender “temporalmente” las patentes de vacunas COVID. Estados Unidos (EEUU), la Unión Europea (UE) y Reino Unido (UK), lideran los territorios discordantes. Y, para estupefacción de todos, Biden, con un golpe de efecto, acaba de descolocar al mundo. El giro de EEUU responde a estrategias geopolíticas. El America first trumpiano bloqueó exportaciones de vacunas y materias primas abandonando a su suerte a sus tradicionales aliados. Rusia (Argentina, Brasil, etc.) y China (Marruecos, Ucrania, etc.), con una notable “diplomacia vacunal”, han accedido a mercados que tradicionalmente les resultaban elusivos. La UE, hasta ahora la farmacia del mundo, no parece aprovechar este título para aumentar su ascendencia geopolítica.
Ursula von der Leyen, y no sin lamentarse, se abre ahora a introducir el debate de las patentes. Alemania no es favorable. España, ayer contraria, hoy a favor, mañana ya veremos. Hay dos rotundos argumentos, inapelables, para acelerar la disponibilidad de vacunas en el mundo.
-Ningún derecho de protección de la propiedad intelectual debería prevalecer sobre el derecho humano universal a la salud y a la vida.
-Los riesgos de la covid-19, incluso para los países ricos, persistirán mientras se mantenga la epidemia en los países pobres, alineando solidaridad y propio interés.
Aceptados estos argumentos, la discusión se centra en cómo acelerar el acceso a las vacunas. La “liberación” temporal de patentes podría no ser un mecanismo útil para este fin. Y podría tener efectos negativos sobre la innovación (también en las vacunas para nuevas variantes). Incluso distraernos del objetivo esencial y demorar el acceso a las vacunas. El problema actual no es tanto de precios como de oferta, suministros y disponibilidad. Pese a que la solidaridad interesa a los países ricos, existe un evidente nacionalismo (incluso populismo) vacunal. La UE, y otros países ricos, forman parte de la iniciativa COVAX para distribuir vacunas a los países pobres. Pero los países ricos, el 13% de la población mundial, han comprado para sí mismos más de la mitad de las vacunas.
Con información de: https://theconversation.com/