El Ministerio de Defensa y la Fiscalía de Colombia, este miércoles 16 de junio, culparon al grupo guerrillero del Ejército de Liberación Nacional (ELN) por la explosión de un carro bomba en las instalaciones de la Trigésima Brigada del Ejército de Colombia, ubicada en Cúcuta, Norte de Santander. «Este acto perpetrado por el frente nacional del ELN no quedará impune, los miembros del comando central también tendrían responsabilidad, son terroristas y no pueden seguir posando como gestores de paz en el extranjero. No desfalleceremos hasta ponerlos a disposición de la justicia», dijo el ministro de Defensa, Diego Molano, en una rueda de prensa. «Avanzamos en conjunto con la Fiscalía. Sea lo primero reiterar que nuestros soldados no descansan, en firme siguen luchando por la defensa y seguridad de los colombianos», aseguró Molano.
A la Trigésima Brigada del Ejército se presentaron el fiscal general, Francisco Barbosa; la vicefiscal Martha Mancera y la fiscal delegada de Seguridad Ciudadana, Luisa Obando, para verificar las labores de investigación. De acuerdo con Barbosa, tras el atentado se conformó un grupo de dos fiscales de crimen organizado y 21 investigadores expertos para llevar a cabo la recolección de elementos materiales probatorios «que permitan determinar no solo el esclarecimiento sino todas las circunstancias de tiempo, modo y lugar en torno al hecho». La investigación preliminar de la Fiscalía indica que detrás del hecho está el ELN, pero no se descarta la autoría por parte de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El comandante de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro, anunció que se adelantará una investigación disciplinaria y se relevará de sus cargos a los servicios de la guardia, oficial de operaciones, comandante y segundo comandante del batallón de apoyo de servicios de la brigada. Además, Navarro aseveró que se llevarán a cabo acciones orientadas a fortalecer la inteligencia preventiva, las medidas para el ingreso de vehículos a las guarniciones militares, la infraestructura de tecnología en los cuarteles y la contrainteligencia para protección de personal y materiales.
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