Rusia ha enviado alrededor de 30.000 tropas de combate y armas modernas a Belarús, en la frontera norte de Ucrania. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió que se trata del mayor despliegue militar ruso en la zona desde el fin de la Guerra Fría. La tensión entre Moscú y Kiev aumenta, mientras los esfuerzos diplomáticos aún no arrojan una solución a la crisis. Rusia no retrocede en su presión militar en las fronteras con Ucrania. Por el contrario, va en aumento. La Alianza del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) advirtió que el Kremlin ya ha movilizado al menos 30.000 tropas a su aliada Belarús, nación en la frontera norte de Ucrania.
Este es el mayor despliegue de Moscú en la zona en las últimas tres décadas, alertó el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg. “En los últimos días hemos visto un movimiento significativo de las fuerzas militares rusas hacia Belarús. Este es el mayor despliegue ruso allí desde la Guerra Fría”, aseguró Stoltenberg, durante una rueda de prensa en Bruselas. El despliegue incluye fuerzas de operaciones especiales Spetsnaz, aviones de combate SU-35, misiles Iskander de doble capacidad y sistemas de defensa aérea S-400. “Entonces, hablamos de una amplia gama de capacidades militares modernas. Todo esto se combinará con el ejercicio anual de las fuerzas nucleares de Rusia, que se espera que tenga lugar este mes”, sentenció el representante de la alianza internacional.
Moscú ya tiene así más de 100.000 militares desplegados cerca de las zonas limítrofes del norte y este del territorio ucraniano. Los últimos movimientos armados aumentan las voces de alerta en Occidente sobre una posible invasión rusa a su vecino país, similar o peor a la que lanzó en 2014 cuando se anexionó la península de Crimea. Sin embargo, los funcionarios rusos mantienen que su Gobierno no pretende atacar a su exaliado en la desaparecida Unión Soviética, ahora cercano a las naciones occidentales. Ante el amplio despliegue armado, Stoltenberg hizo un llamado al Gobierno de Vladimir Putin para que «reduzca la tensión» y repitió las advertencias de Occidente de que «cualquier otra agresión rusa tendría graves consecuencias y acarrearía un alto precio». Hasta el momento, la organización ha asegurado que sus tropas no incursionarían en territorio ucraniano para defenderlo de un eventual ataque ruso, debido a que Kiev no es parte de la OTAN. Pero la alianza se prepara y hace movimientos de sus tropas en Europa del Este para reforzar las defensas de los países miembros más cercanos a Rusia y Ucrania, lo que despierta las dudas y la ira del Kremlin.
con información de: https://www.france24.com/