‘‘Te cambio una caja por un kilo de arroz’’, fue parte de la conversación entre par de féminas que discutían los términos para finalizar el canje de pastillas anticonceptivas por comida. La desaparición de este fármaco ha obligado a las desesperadas consumidoras a proponerse ‘‘trueques’’ por productos de primera necesidad.
Según reconoció una dama afectada por la escasez del producto, ahora debe ‘‘hacer cola por leche, arroz o pasta para ver si logro conseguir a alguien que me los cambie por una caja de anticonceptivas’’.
Ni Diane, ni Dixie, mucho menos Galby y en menor medida Noal. La respuesta típica de quienes laboran en locales farmacéuticos es: ‘‘No, no hay. Ni esa, ni ninguna otra marca’’.
‘‘Desde hace meses no nos llegan píldoras anticonceptivas’’, repitieron más de 7 farmaceutas de diferentes establecimientos guaicaipureños cuando se les preguntó por la disponibilidad del método de protección sexual.
Tras la incómoda situación, no se descarta que más y más mujeres se unan a viral y extraño fenómeno de los trueques.
Frederick Ortiz
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