«Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga». Homero
Que vainas! Sigue pasándonos el autobús del «cambio» por el frente y no todos los que tanto le hemos esperado, y con tanta ansiedad algunos, nos montamos en este el pasado 8D. Incluso algunos lo vieron pasar y luego se ponen a buscar o inventar excusas para explicar porqué no lo tomaron.
No pararemos en nuestra consigna de fe democrática diciendo siempre que «la mejor arma de lucha es el voto», independientemente del desequilibrio de los poderes públicos, de algunas actuaciones erráticas o tendenciosas del CNE y su presidenta, del abuso del gobierno en cuanto al uso grosero de los recursos públicos en las campañas, etc, nada de ésto puede quebrar nuestra voluntad democrática.
Lo peor que puede ocurrirnos, es que no tengamos en las cajas suficientes votos de descontento, de resistencia y de voluntad de cambio y eso fue lo que nos volvió a ocurrir este 8D en muchos municipios, y en consecuencia, no ganamos todas las alcaldías que debimos ganar, ni tampoco alcanzamos demostrar, con los votos, la mayoría que indudablemente tenemos quienes no compartimos y hasta rechazamos la visión ideológica y el rumbo politico, económico y social de este gobierno nacional. Es decir, volvimos a perder ese autobús.
Lo lamentable, pero inevitable en politica, es que comenzamos, sin sentido suficiente de co-responsabilidad, a buscar culpables de lo que para algunos fue una derrota electoral, cosa que no comparto, y sale a relucir el nombre de Capriles, quien de no haber dicho lo que dijo respecto a su motivante, aunque metafórico, carácter plebiscitario y de no haber recorrido el país por tercera vez para no solo levantarle la mano a los ganadores de hoy, sino también para animar las calles, a los pueblos y ciudades para motivar a sus electores a apoyar a nuestros candidatos alternativos, pues seguramente no hubiésemos coronado todas estas alcaldías.
Me atrevería a decir que la cosa hubiese quedado bastante mal, en cuanto a números de votos y de alcaldías obtenidas y esta Venezuela inconforme con quienes gobiernan el país, no se hubiese mantenido esperanzada de seguir luchando como hasta ahora, a pesar de los que se abstuvieron, pero gracias a los que votamos y a gente como Henrique. Al Cesar lo que es del Cesar.
Ahora, claro que eso tiene su precio, porque el tipo no era candidato sino el gran promotor y la razón fundamental para que el gobierno nacional no se impusiera en todas esas importantes ciudades que ahora ganamos y aquellas otras que logramos mantener. Pero ahora le toca recibir palo de lado y lado, y el lo sabe. Por un lado del «madurismo y el diosdadismo» que le van a dar hasta con el tobo, incluso para asomar su revocatorio en Miranda y del otro, de parte de algunos caza güire de la oposición que están chingos por sacarlo de la moda presidencialista para encaramarse estos y comenzar de nuevo, casi desde cero, jugando al desgaste y posiblemente a la «desesperanza aprendida» como le conviene al gobierno. Amanecerá y veremos…
Quienes siempre hemos creído en el dialogo, promovemos la tolerancia política y andamos reivindicando la cultura de la paz por encima de la cultura de la violencia imperante en Venezuela, no podemos dejar de saludar la reciente reunión de los alcaldes y gobernadores de oposición en Miraflores, que aunque muchos con justificada razón la observamos por VTV «como gallina mirando sal», esperamos que en lo adelante este gobierno se tome su dosis de ecuanimidad y magnanimidad y se bañe de tolerancia, respeto al otro y responsabilidad. ¡Que así sea!
Por cierto, esa noche después de 14 años de «revolución», VTV sí parecía el canal de todos los venezolanos, ojalá se aprenda algo de estos asuntos, que aunque normales, parecen extraordinarios en estos tiempos.
Ovidio Lozada