Juan Antonio Muller
Venezuela está gobernada por un “régimen de forajidos» es decir por poderes e instituciones que actúan y toman decisiones sin consideración por los derechos humanos, donde la juridicidad es una ficción a capricho y el comportamiento ético que brindan los valores morales y las leyes ha sido sustituido por un quehacer propio de bandidos.
Baste con mencionar como el gobierno miente y actúa fuera de la constitución. Miente cuando afirma que las protestas de los estudiantes están dirigidas y financiadas desde el exterior y actúa ilegalmente cuando allana y encarcela incluyendo a menores de edad violando la Lopna y el derecho a la libre manifestación.
Miente la Fiscal cuando reitera que en el país se respetan los derechos de las personas y acusa a periodistas de estar mal informados sobre torturas ejecutadas por los cuerpos de seguridad.
Se contradice el ejecutivo pues mientras Maduro afirma que la muerte de Otaiza fue planeada en Miami su ministro del interior intenta explicar que la misma fue consecuencia del hampa. ¿A quién creer? A ninguno, por fantasiosos.
Los poderes del estado en vez de actuar como contrapeso frente al autoritarismo, lo apoyan pisoteando las leyes y valores éticos. Así actúan jueces y magistrados, legisladores y autoridades civiles y militares.
El Gobierno no escucha al pueblo ni dialoga con honestidad, ni quiere ver la realidad de un país y una república que ya no son más. La opinión del soberano conocida a través de las encuestas independientes no dejan lugar a dudas. El ejecutivo es culpable del desabastecimiento, la inseguridad y la violencia y se percibe como incapaz de resolverlos efectivamente. En los estudiantes, la Iglesia y las manifestaciones pacíficas, están depositadas sus esperanzas de cambio. SOS Venezuela.
