Gobernantes = Excusólogos

Los venezolanos somos el sueño de cualquier gobernante, su paraíso hecho realidad. Sí analizamos los indicadores con que se miden las gestiones publicas como inseguridad, inflación y calidad de servicios públicos el resultado es paupérrimo, podríamos señalar tajantemente que las gestiones públicas son catástrofes que deterioran aceleradamente nuestra calidad de vida. Lo realmente sorprendente es que desde hace 15 años los protagonistas políticos son prácticamente los mismos, del lado del gobierno y del lado opositor, seguimos premiando a unos y a otros por empeorar paulatinamente los principales problemas del país.

Nuestros gobernantes se han convertidos en “excusólogos” de altísimo calibre, ante sus reiterados fracasos enmiendan el capote señalando que sus vergonzosas gestiones fueron malas por culpa de la derecha, la izquierda, el sabotaje, porque temen por sus vidas, por complot y la lista sigue, lo espesamente triste y lamentable es que el pueblo les da la razón, los excusa y les brinda una y otra oportunidad ¡y es que sí! los venezolanos somos el sueño de cualquier gobernante. Nuestras ciudades son escombros habitados donde reina el hampa, ello se ha asumido culturalmente, el venezolano ha sido golpeado en su ego, en su autoestima, cree es imposible vivir mejor, vivir bien.

La perniciosa expresión “esto no lo arregla nadie” nos ha llevado al conformismo, a ser genuflexos con nuestros gobernantes y a pensar que lo mejor que nos puede pasar es vivir de políticas sociales, de ayudas públicas. Se ha dicho innumerable veces que por sus recursos, tamaño y población Venezuela es el país más rico del mundo y es así, ¿cómo explicar el penoso nivel de vida que exhibe? por lo dicho anteriormente, no vemos a los gobernantes como empleados sino como jefes blindados de privilegios a los que no les exigimos nada  y perdonamos todo, al mismo tiempo que hemos hecho de la política nuestro principal entretenimiento, nuestra novela favorita.

Las elecciones se han convertido en certámenes de popularidad, no se eligen los mejores candidatos sino quienes imponen las cúpulas partidistas a conveniencia propia. Dicho todo esto ¿se da cuenta porque vivimos cómo vivimos?
La hoy famosa “corresponsabilidad” es utilizada para echar al pueblo la culpa de lo que hoy no sirve; la única corresponsabilidad que funciona es cuando el deber ciudadano de exigir buenas gestiones se une con la obligación del gobernante de hacerlas. Hoy nuestros gobernantes solo saben excusarse, solo eso.
Leandro Rodríguez Linárez / Twitter: @leandrotango

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