La guerra y los conflictos armados atentan contra la integridad física, psíquica y moral de los niños
Julio César Pineda
Estoy apenas regresando de los escenarios del actual conflicto producto de la crisis siria y del complicado ajedrez de la diplomacia del siglo XXI en el Medio Oriente. Por 15 días permanecimos en el Líbano y a lo largo de la frontera de Siria, para transmitir por intermedio del canal venezolan La guerra y los conflictos o Globovisión las incidencias de la guerra de Siria que ya presentan el terrible balance de ciento veinte mil muertos y cerca de tres millones de desplazados. Tuve la oportunidad de conocer la situación de los niños en guerra, en los diferentes campos de refugiados particularmente los niños sirios del valle del Beckaa en la larga frontera sirio-libanesa. Conversamos con los responsable de la Cruz Roja libanesa, otros organismos humanitarios nacionales e internacionales y altas autoridades del Gobierno entre ellos el ministro de Información y parlamentarios. Todos expresaron la profunda angustia por la dificultad de encontrar la necesaria protección para tantos seres humanos en extrema necesidad, especialmente niñas y niños inocentes de la tragedia, para quienes el futuro parece indescifrable.
En cuanto a los derechos de los niños y las niñas en tiempos de guerra o de conflicto internacional o nacional, es necesario señalar los contenidos del artículo 12 del pacto de los Derechos Económicos Sociales y Culturales y el artículo 24 del Pacto de los Derechos Civiles y Políticos. Igualmente lo contenido en la Declaración de los Derechos del Niño de 1959 y la Convención sobre los Derecho del Niño de 1988 que entró en vigor el 2 de septiembre de 1990. Muy importante el estudio del Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño en los niños en los conflictos armados.
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó la Declaración de los Derechos del Niño, bajo el criterio que la falta de madurez física y mental hace que el niño necesite cuidados especiales y la debida protección social. Allí se consagran los principios que obligan a los estados para que el niño «pueda tener una infancia feliz y gozar, en su propio bien y en bien de la sociedad, de los derechos y libertades que en ella se enuncian, e instan a los padres, a los hombres y mujeres, individualmente, y a las organizaciones particulares, a las autoridades locales y a los gobiernos, a que reconozcan esos derechos y luchen por su observancia con medidas legislativas y de otra índole adoptadas progresivamente».
La guerra y los conflictos armados atentan contra la integridad física, psíquica y moral de los niños. La guerra vuelve más vulnerable a todos los niños y niñas porque los expone a diversos riesgos como resultar heridos o muertos, tener que desplazarse, perder a sus padres, familiares y amigos impedir su acceso a los servicios médicos. Fue dramático ver recientemente a niños muertos sin ningún rasguño, sin sangramientos pero paralizados y con los ojos abiertos por el uso de armas químicas.
La protección jurídica de los niños también es parte importante del Derecho Internacional Humanitario que trata de humanizar los conflictos y las guerras y que por intermedio de las convenciones de Ginebra de 1949 y los dos protocolos de 1977 trata de proteger a la población civil y en particular a los niños. Los niños como parte de la población civil se benefician de esta normativa jurídica no solo en los conflictos armados internacionales sino también en los conflictos internos de los estados, bajo la categoría «personas que no participan activamente en las hostilidades», en este campo ha sido importante el trabajo del Comité Internacional de la Cruz Roja.
Los menores de 15 años y las madres de niños menores de 7 años tienen garantía en hospitales o zonas de seguridad que deben ser respetadas por las partes en conflicto, como también el derecho a ser evacuados de zonas sitiadas. El Comité Internacional de la Cruz Roja tiene un departamento especial y en ello colabora la Cruz Roja y la Media Luna Roja en la búsqueda de personas desaparecidas y la reagrupación de familiares separados por la guerra. En Siria 3.000 colegios han sido destruidos y unos 900 están ocupados por desplazados, 2 millones de niños sirios no podrán ir al colegio por estar refugiados en los países vecinos.
Las 68 Asamblea de las Naciones Unidas tiene como punto fundamental la paz y la seguridad internacional, dentro de este capítulo la situación de Siria es prioritaria tanto por las consecuencias de la guerra como por el drama de sus niños en centros de refugios, afortunadamente la diplomacia Estados Unidos y Rusia permitió un acuerdo cuyo primer paso es la eliminación de las armas químicas que se encuentran en Siria y una hoja de ruta para la paz de ese país.