Oswaldo Páez Pumar
Anuncia el gobierno que Globovisión será objeto de “un procedimiento” porque al difundir noticias sobre la escasez de bienes en el mercado está creando zozobra en la población. La población no siente zozobra pero paradójicamente si siente la presencia de la escasez, de lo que no hay. La padece y la combate en la medida en que correr de un sitio a otro en procura de lo que falta puede considerarse combate, cuando es tan solo un alivio transitorio que alguno logra en detrimento de quien llega un poco después.
El gobierno sí siente zozobra, en su doble acepción, siente la inquietud que no le permite sosegar el ánimo porque no encuentra como enfrentar la escasez que creó la política del “exprópiese”, y que condujo el supuesto plan de “seguridad alimentaria” a la dependencia total de las importaciones, que como en ningún otro momento de la historia de Venezuela hace vulnerable al país.
También siente que zozobra, es decir que el barco que es la patria está a la deriva con riesgo de irse a pique. El Ejecutivo, la Asamblea, el BCV y CADIVI lanzan gritos, amenazas y acusaciones contra la oposición, pero son ellos los que parecen amotinados porque no hay entre quienes conforman los equipos de gobierno una voz que pueda señalar el rumbo. La amenaza a Globovisión, canal que vino a sumarse a la red de “información veraz”, es para recordarle que el objetivo es que no se sepa nada.
La situación ahora no es distinta de la vivida en estos casi quince años. La diferencia está en que cuando el iluminado de Sabaneta inició los “exprópiese” había mucho paño que cortar y su voz única podía destituir culpables aunque no lo fueran para tapar la ineficacia. Ahora es al revés ya no hay paño que cortar, ni quien pueda señalar al culpable, lo que le impide al gobierno cacarear que “hay patria”, que se ha convertido en una burla que va de boca en boca. El gobierno cree que si no se dice por televisión que no hay harina, azúcar o papel toilette la gente no percibirá la escasez. Pero la gente la percibe y percibe la escasez mental en los funcionarios para poner las cosas a funcionar y la zozobra que los agobia porque saben que ellos sobran.