Los privilegiados pueden adquirir carne, vegetales y otros productos, vedados para el resto de la población, vestirse en tiendas que venden ropa importada y tener acceso a medicinas y productos farmacéuticos que no tiene la mayoría de los cubanos
Angélica Mora
La realidad de la vida diaria del ciudadano de a pie está llena de relatos, increíbles para el mundo exterior y que llegan a través de contactos por las redes sociales y mensajes por internet.
Los cubanos tratan de sobrevivir en la Isla en medio de una sociedad de consumo a la que ellos no tienen derecho.
El picadillo de carne de res no se lo vende a extranjeros que se hospedan en los hoteles
En mi caso, me entero de historias lamentables de cubanos que no tienen acceso a alimentos, que son adquiridos por la élite que gobierna el país o gente que ha logrado dinero por estar conectada de una u otra forma al Régimen.
Los privilegiados pueden adquirir carne, vegetales y otros productos, vedados para el resto de la población, vestirse en tiendas que venden ropa importada y tener acceso a medicinas y productos farmacéuticos que no tiene la mayoría de los cubanos.
Como ejemplo el picadillo que se le vende a la población, a través de la tarjeta de racionamiento para una familia de 4 personas, “es una piltrafa que consiste en restos de panza, genitales de animales y otros desechos”, según da a conocer el ex preso de conciencia Iván Hernández Carrillo.
Los cuentapropistas no pueden vender en este momento ropa importada, que suplía a los cubanos con vestidos, blusas, vaqueros y sayas modernas y que ahora solo se pueden ver en las vitrinas de las “shoppings” .
Iván Carrasco, director del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Colón, le informó a los cuentapropistas de la zona que no podían vender ropa importada.
El régimen de Raúl Castro usa a Colón como municipio de experimento al empezar por aquí a quitar licencias para vender este tipo de mercancía.
La ropa de importación tiene que “ser entregada” ahora al régimen, dijo Iván Carrasco a los trabajadores por cuenta propia colombinos recientemente.
Las medicinas provenientes del exterior son otro renglón que quedó fuera del alcance del cubano común, quien desde que se levanta tiene que enfrentar un mundo reducido, mientras contempla el diario vivir de los privilegiados.