Paciano Padrón
Las colas ya no son solo las del infernal tráfico automotor que nos desgasta inútilmente, ahora las colas se producen para todo, empobreciendo nuestra calidad de vida. Con indignación grito: no me calo más colas sin manifestar mi rechazo. Protestar enérgica y públicamente es lo mínimo que podemos hacer. Para colmo, este país de colas está en la cola en el concierto de las naciones del mundo. Somos de los últimos en los indicadores de bienestar, incluso en algunos aspectos por debajo de Haití y Cuba; somos postreros en lo bueno, somos primeros en delincuencia, desabastecimiento, inflación y corrupción, entre otros muchos males. Ya basta. Tenemos derecho a mejor vida para todos, y no solo para el cogollo boliburgués que dice gobernarnos, y que se enriquece groseramente y de manera impune.
El “no hay” como respuesta sistemática a los requerimientos de las personas y las empresas de producción de bienes y servicios, genera colas absurdas. No hay papel periódico, tampoco papel toalé. Grave la falta de papel higiénico, gravísima la escasez de papel para la prensa libre. Diez periódicos ya no circulan por falta de materia prima esencial; son diez ventanas de libertad que el régimen ha cerrado. Si al control casi absoluto de la TV y la radio de parte del gobierno, se suma la muerte de los periódicos, colapsarán la libertad de prensa y de expresión.
El gobierno se jacta de ser revolucionario y de defender los Derechos Humanos. Palabras y más palabras, palabras que no concuerdan con la realidad; ese es el estilo de los regímenes comunistas, pregonan lo que no hacen y se jactan de lo que no tienen. Por ejemplo, hace unos días en Cuba cerró sus deliberaciones la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, donde Raúl Castro expresó a pleno gañote: “Fortalezcamos nuestras democracias y todos los Derechos Humanos para todos”. Maduro aplaudió de pie. En Cuba, desde hace más de medio siglo -55 años para ser más precisos- no se sabe lo que son los Derechos Humanos.
Las colas también son de muertos. En las morgues los asesinados por el hampa desbordada hacen cola, convirtiéndose en un caos. La situación de la Morgue de Bello Monte es desastrosa, los cadáveres son echados al piso a falta de lugar digno mientras hacen cola para la autopsia y la posterior entrega de los restos a los familiares. Más aun, la cola también es en el cementerio para el velorio y ulterior entierro o cremación. En el Cementerio del Este de Caracas uno no vela y entierra a sus muertos cuando quiere, sino cuando le toca el turno, después de hacer la correspondiente cola, por lo que el entierro no es hoy, sino mañana o pasado mañana. ¿Estoy diciendo mentira o exagerando? ¿Quién me desmiente?
Después de más de una década de “control de cambio” lo que hemos logrado -entre otros aun más graves daños- son las colas para obtener las divisas a las que tenemos derecho y que los boliburgueses se chupan sin límite ni control. ¿Por qué no hay dólares para nada, y por qué el gobierno inepto debe una vela a cada santo? Es la corrupción, otra vez la maldita corrupción que ahora es tolerada por el régimen que se hace sordo y ciego. Cuando nuevamente haya justicia en Venezuela -lo que ha de ocurrir pronto si hacemos lo que tenemos que hacer- una nueva cola se formará y bajará pronto gracias a la celeridad procesal de entonces. Me refiero por supuesto a la cola de los corruptos del régimen, la de los que nos roban vida y alegría, y pretenden robarnos la esperanza, llevando al país a la cola, a la saga del mundo desarrollado.
Es posible salir de este infierno y vamos a lograrlo. Si seguimos callados rumiando nuestras penas, el mal se acuerpa, las colas se agrandan y Venezuela se afianza en la cola. Si de verdad queremos sacudirnos la pesadilla y volver a construir futuro, debe escucharse nuestra voz de protesta. El silencio es, por decir lo menos, colaboracionista, sino cómplice. A la calle. Frente a cada tropelía debe alzarse la voz del pueblo. No calles, a la calle, y pongamos fin al país de colas y en la cola. E-Mail: [email protected]. Twitter: @padronpaciano.