Frente a las dificultades económicas, el Gobierno ha tomado varias medidas. La principal y más importante es que ha decidido mantener el control de cambios. Pero ha cometido el error de no dar ninguna explicación ni justificación del porqué lo ha hecho. Quizás han considerado que se trata de algo obvio. Pero no lo es, por más que se haya tocado el punto en otras ocasiones. Siempre hay que argumentar y decir hacia dónde se va. ¿No se trataba de una política transitoria? ¿En qué se fundamenta esa política económica?
Una vez escogido el camino de ratificar la política económica de control de cambios, lo primero que tenía que hacer el Gobierno era demostrar ante la opinión pública que las dificultades económicas, como la inflación y la escasez, no derivaban de esa política de controles sino de fallas en su aplicación. Al no hacerlo, la gente no entiende, se queda en la luna.
La principal falla en la aplicación de la política de controles es que ha continuado la fuga de divisas. Pero se ha equivocado el Gobierno al presentar el cupo viajero y de internet como el problema prioritario que va a ser atacado, como si allí residiera el nudo de la cuestión. Los voceros oficiales y la prensa no hablan sino de eso, pero no dicen ni pío de los “raspa importaciones”. Se estigmatiza el disfrute de vacaciones en el exterior pero no aparece la lista de empresas y funcionarios que sacaron veinte millones de dólares.
Ahora bien, el presupuesto de divisas, la devaluación moderada que se ha decidido, la creación del CECOEX y la Ley de Costos y Ganancias sí van en la dirección de corregir las fallas en la aplicación de la política de control de cambios. Pero todavía no se sabe si dejarán el agujero de un mercado permuta alimentado por Pdvsa para convertir los dividendos en divisas y sacarlos al exterior, ni de cuánto sería el monto de esa fuga autorizada. Tampoco se conocen cuáles son las otras oportunidades de inversión interna que se proponen para que se queden aquí los dividendos y ganancias.
En fin, el Gobierno ha tomado algunas medidas, unas necesarias como la devaluación, y otras no, como el límite del cupo internet. Pero lo cierto es que, para que los controles funcionen, hay que saber controlar. Para que las importaciones lleguen, hay que programar las compras. El modelo de control de cambios no funciona si no hay eficiencia y racionalidad.
Leopoldo Puchi