Iván Gutiérrez
La mayor parte del chavismo quiere vivir en un país democrático, donde haya paz. Quieren un país con una economía productiva que le permita mejorar su calidad de vida. Respalda las misiones pero no cree en la regaladera, sin ton, ni son. Observa el socialismo como una oportunidad para hacer un país entre todos, de allí que no cultive resentimientos frente a los que más tienen, pero si busca que haya una justicia y honradez en la administración de la renta petrolera.
La mayoría del chavismo es católica, solidaria y dispuesta a trabajar. No comparte las actitudes violentas de algunos sectores, pero tampoco son pendejos para quedarse de brazos cruzados si la gente que antes gobernó intenta otro golpe.
El chavismo no es solo el PSUV, son también los miles y miles de ciudadanos que asisten a las salas de batalla a discutir sus problemas para buscarles soluciones.
La mayoría del chavismo no tiene nada que ver con el comunismo ni quiere que acá funcione algo parecido a lo de Cuba. Son, esencialmente, libertarios y no creen en paraísos terrenales donde no pueden votar ni expresarse.
La mayoría del chavismo quiere un futuro mejor para sus hijos. Quieren al país con la fuerza de la noción de patria que han reconquistado. Lo quieren; además independiente y soberano.
La mayoría del chavismo no anda en guerra con el sector privado pero sí contra la especulación y la avaricia de quienes aun teniendo mucho quieren, más y más. Tampoco andan en guerra contra la clase media pero no les gusta que esta los desprecie, los subestime o los descalifique.
La mayoría del chavismo cuando se expresa no lo hace en términos de rencor o de venganza, sino que va a depositar su voto en aquellos en los que todavía confía.