
Carnicerías, panaderías, supermercados y perfumerías evidencian el grado de escasez y desabastecimiento que se vive en diversos rincones del país, donde la problemática se ha agudizado desde que inició la jornada de protestas el Día de la Juventud.
Diecisiete son los productos que presentan fallas de distribución: leche en polvo, sardinas enlatadas a precio regulado, pollo, carne de res a precio regulado, margarina, azúcar, aceite de maíz, queso blanco duro, arroz, harina de trigo, pastas alimenticias a precio regulado, harina de maíz, mayonesa, lentejas, arvejas, café y pan.
Esto representa 29,8 % de los 57 productos que contiene la canasta.
Adicionalmente, escasean otros productos básicos como: jabón de baño, detergente, lavaplatos, cera para pisos, compotas, Nenerina, toallines, papel higiénico y servilletas.
La realidad no es ajena a los residentes de los Altos Mirandinos, quienes se mantienen “cazando” la llegada de los artículos más buscados y protagonizan largas y tediosas colas para adquirirlos.
“Esta semana hice tres horas de fila en las afueras del Central Madeirense para llevarme 4 kilos de Harina PAN. Luego me avisaron que a los chinos de la calle Guaicaipuro había llegado jabón líquido para lavar la ropa y me fui corriendo para allá pero ya el producto se había agotado”, refirió Dayana Pedroza, vecina de El Trigo, en la capital mirandina.
Como este testimonio abundan, ya se ha convertido en parte de la rutina de las amas de casa recorrer al menos cinco comercios para obtener el producto que desean y no escapan a las colas.
“Es humillantes, pero uno termina cediendo porque se trata de la comida de los chamos”, refirió Lorena Méndez, quien confiesa que semanalmente invierte alrededor de cinco horas para hacer las compras rutinarias de comida.
Por las nubes
Los compradores no solo deben lidiar con esta problemática latente. La inflación se ha convertido en la peor pesadilla de quienes son cabeza de familia y deben costear la canasta alimentaria que ya ronda los 8 mil 940 bolívares, lo que representa 2,7 sueldos mínimos.
“Vivimos una especie de maldición: producto que regulan desaparece y cuando uno lo halla es con sobreprecio. Es como con el tema del control de las divisas extranjeras, deben liberarlas hasta que los costos se estabilicen porque estas restricciones nos están llevando a todos por un barranco”, opinó Glorimar Becerra, habitante de Lagunetica.
-Todas las semanas todo está más caro. Uno puede entender el tema de las legumbres, hortalizas y frutas por la época de cosecha y los cambios climáticos, pero otro muy distinto es con artículos como café, mayonesa y hasta el cartón de huevo que ha subido una barbaridad. Hacer mercado se ha convertido en toda una pesadilla.
Tradiciones en peligro de extinción
Con Semana Santa en puertas, muchos se preguntan sí podrán costear el menú típico de la fecha. “Un kilo de camarón ronda los 500 bolívares, eso es una completa exageración y el pescado va por el mismo camino”, afirmó Nélida Iturbe, habitante de Carrizal.
-Hasta las tradiciones nos están robando: cada año se hacen menos hallacas, este Carnaval no se celebró por obvias situaciones de conflictividad en el país y la Semana Mayor se celebrará entre limitaciones porque hasta una lata de atún está por las nubes -32 bolívares la presentación pequeña-. Sin embargo, espero que la época sea propicia para rezar por nuestro país para que salga adelante y fortalecido de toda esta crisis que estamos atravesando.
Esta opinión es compartida por compradores como Rafael Contreras, quien agregó que “lo peor es que cuando llega la temporada como tal los precios repuntan aún más (…)Comer bien se ha vuelto un lujo para los venezolanos, por eso hay tanta gente obesa y enferma por las calles, empezando por los niños que antes no padecían nada de eso”.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl