
Tres armas de fuego y un lanza granadas fueron decomisadas por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) en el apartamento de uno de los sospechosos del homicidio de Adriana Urquiola, registrado el domingo en las inmediaciones de la urbanización Los Nuevos Teques.
El hombre, identificado como Jhonny Eduardo Bolívar Jiménez, de 38 años de edad, acudió a la sede del Cicpc en Los Teques donde rindió declaraciones. En las mismas, habría señalado ser el dueño de la camioneta incriminada pero dijo que el día que ocurrió el asesinato era su hermano quien la cargada.
Posteriormente, cuando la comisión de la policía científica acudió al domicilio del Bolívar, ubicado en el edificio Ana María, sector El Pichacho de San Antonio de Los Altos, no se encontraba nadie. El hombre huyó junto con su hermano, que presuntamente labora en Corpoelec. La camioneta 4Runner negra, desde la que dispararon contra la joven, estaba allí estacionada.
Tanto las armas de fuego como el lanza granadas pertenecen presuntamente a Bolívar, según informó una fuente. Se presume que entre estas está la pistola que le cegó la vida a la interprete de señas del Noticiero Venevisión, lo que se comprobará a través de experticias balísticas y comparaciones con el proyectil que fue colectado por la policía.
Bolívar, durante su visita al despacho policial, dijo que iría en busca de su hermano para que fuera interrogado por el Cicpc, sin embrago no ha sido localizado. Todo hace presumir que se dio a la fuga, debido a que existen serios indicios que lo comprometen como el autor material del asesinato.
Jhonny Bolívar, de quien se dice labora para un ministerio, tiene registros policiales por los delitos de droga, secuestro y estafa, de estas última se cuenta entre sus víctimas a varios militares. Se le vinculada además a delitos de legitimación de capitales por los que estuvo en prisión. Presuntamente es miembro de una banda delictiva que dirige un sujeto apodado “El Negrín”.
Despedida de 2 angelitos
Concurrido. Así fue el último adiós de Adriana Grissel Urquiola Pérez, de 28 años de edad, cuyos familiares y amigos se dieron cita en el Cementerio Monumental de Los Teques la tarde de este miércoles.
“Siendo un ser de luz siempre alegre que contagiaba su buen humor, no podemos despedirla sino con una sonrisa dibujada en el rostro”, señaló una amiga de infancia con la voz entrecortada.
La Asociación de Sordos se sumó a la despedida, así como un grupo de intérpretes quienes en lenguaje de señas oraron y cantaron en honor a la trabajadora de Venevisión.
Varios autobuses fueron movilizados en diversos puntos de la capital mirandina para trasladar a las personas – quienes fueron vestidas de blanco para pedir paz- que quisieron participar en el acto y rechazar la violencia que cobró la vida de la joven que tenía siete meses de gestación.
También acudieron representantes del Movimiento Cívico Estudiantil Francisco de Miranda, para expresar sus más sentidas condolencias por el fatídico suceso que conmocionó a la sociedad altomirandina.
“Rechazamos la violencia venga de donde venga y exigimos el cese a este tipo de actos”, refirió uno de los universitarios consultados, quien agregó que espera “no sólo que el caso sea resuelto policialmente y se dé con la captura de los responsables, sino que se erradiquen estas prácticas en todo el territorio nacional”, acotó.
A diferencia del velorio, sus familiares no declararon a los medios de comunicación social y pidieron privacidad en el duro momento.
AA/JR