El Cardenal Jorge Urosa Savino emitió en esta fecha una circular de contenido pastoral sobre dos temas polémicos discutidos en el Sínodo de las familias que se realizó del 15 al 19 de octubre pasado en Roma: el primero, relativo a “la situación de los que, habiéndose casado por la Iglesia, se han divorciado y vuelto a casar”, y su “admisión o no a la santa comunión eucarística”; y en segundo lugar, “la situación y atención pastoral a los homosexuales”.
En la circular rubricada por el XV Arzobispo de Caracas, se reconoce que estos aspectos son muy delicados dentro de la Iglesia. “Se abordaron muchos temas, ente los cuales destaca la situación de las familias en el mundo, la belleza, misión y dignidad de la familia, la familia como unidad evangelizadora, la defensa de la familia”; sin embargo, “la atención de los medios estuvo centrada” en estos “temas polémicos”.
El Purpurado explicó que la convocatoria al reciente Sínodo hecha por el Santo Padre es preparación a otro ordinario que tendrá lugar a fines del año 2015. “Esto demuestra la importancia que el Papa Francisco da a la institución familiar, que es la célula de la sociedad y también de la Iglesia”.
Doctrina de unidad e indisolubilidad del Matrimonio no ha cambiado
Sobre este primer tema expuesto en la Circular, Urosa se afianzó en el Papa Juan Pablo II quien convocó su primer Sínodo para tratar la atención pastoral a las familias en 1980, de cuyas reflexiones y recomendaciones publicó en 1981 la Exhortación pastoral post-sinodal “Familiaris Consortio”. Señala que el reciente Sínodo “no ha cambiado la doctrina sobre la unidad e indisolubilidad del matrimonio, ni la enseñanza teológica y moral sobre las condiciones para la recepción de la sagrada comunión”.
Del mismo modo afirmó que no se formularon reflexiones o sugerencias definitivas al Papa Francisco. “Simplemente ha abordado en una primera aproximación los problemas pastorales actuales, a la luz de la misericordia con que los pastores de la Iglesia deben acercarse a los fieles”, dice la circular del Arzobispado.
¿Quiénes No pueden comulgar?
El Cardenal Urosa reitera que el Sínodo no cambió la doctrina sobre la unidad e indisolubilidad del matrimonio, ni la enseñanza teológica y moral sobre las condiciones para la recepción de la sagrada comunión que actualmente existen en la Iglesia Católica. Al respecto, explica que “los maestros moralistas siempre han enseñado que, para que un divorciado vuelto a casar pueda comulgar, debe vivir con su segunda pareja como hermano y hermana, es decir, abstenerse de las relaciones sexuales. Y puede recibir la comunión solo en lugares donde no sea conocido”.
Posteriormente, fundamentado nuevamente en la “Familiaris Consortio”, expone: “La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su praxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Y continúa con la cita: “Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía”.
De igual manera, incorpora en la Circular el argumento de la citada Exhortación sobre este asunto: “Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio”.
Concluye indicando: “mientras un divorciado vuelto a casar no asuma el requisito de abstenerse de las relaciones sexuales, no puede recibir la absolución sacramental en el sacramento de la reconciliación, ni tampoco ser admitido a la sagrada comunión”.
Homosexuales merecen respeto y consideración
Con respecto a la atención pastoral de los homosexuales el Cardenal Urosa expuso que “el Sínodo no fue más allá de lo ya enseñado por el Catecismo de la Iglesia Católica sobre la necesidad de ayudarlos a vivir cristianamente, y a considerarlos como personas necesitadas de respeto y consideración”.
Luego se dirige a sus hermanos y hermanas: “Estamos ante situaciones complicadas y dolorosas. Acojamos siempre con amabilidad y bondad a quienes se acerquen a nosotros, y mostrémosles el rostro y la misericordia de Jesús, Buen Pastor”.
En la Circular espera que los Obispos y Cardenales que participarán en el próximo Sínodo, “expertos teólogos y pastoralistas, puedan encontrar vías que reafirmen la doctrina estable y tradicional de la Iglesia sobre la unidad e indisolubilidad del matrimonio, y la necesidad de estar en gracia de Dios para recibir la santa comunión”, por una parte. Y por la otra, “promover una mejor y más compasiva atención pastoral a los divorciados y vueltos a casar, para integrarlos mejor a la vida de la Iglesia, en la línea de la misericordia promovida por el Papa Francisco”.
Finalmente indicó que “corresponderá al Santo Padre la última palabra al respecto”; y de seguido pidió elevara oraciones “al Señor para que el Espíritu Santo nos ilumine a ver claramente la verdad y saberla aplicar sabia y pastoralmente”./NDP