Un nuevo vocablo se ha incorporado al léxico de los altomirandinos. Aunque la connotación es distinta, cada día más amas de casa y trabajadores dicen ser “bachaqueros” porque dedican una importante parte de sus días a recorrer supermercados, abastos, tarantines y bodegas en busca de alimentos, productos de aseo personal y de limpieza del hogar.
“Este martes estaba en mi oficina en la mañana y una compañera de trabajo me avisó que en Locatel estaban vendiendo jabón íntimo. De inmediato le notifiqué a mi coordinadora que tendría que ausentarme por unos minutos supuestamente para ir al colegio de mi hija pero en realidad me fui a comprar”, confesó Marcela Quiñones, contadora pública.
–Cuando llegué aún no había fila afuera pero era un hervidero dentro de las instalaciones. Pronto noté que no estaban en los estantes los jabones sino que decidieron venderlos desde la caja, dos por persona, para evitar alborotos. Esperé cerca de media hora para cancelar a riesgo de que se agotara antes de llegar y para mi sorpresa el Lactacyd que la última pagué en Bs. 24 ahora marca 127. Después de hacer la fila no me iba a devolver pero es excesivo el aumento de precio.
Justo mientras la entrevistada cancelaba notó que comenzaron a sacar champú en la caja contigua. “Al preguntar si lo iban a vender, me dijeron que sí pero que debía salir del local a hacer nuevamente la cola y pagar en efectivo, así que no tuve más remedio que devolverme a mi oficina porque ya afuera había no menos de 20 personas, más la fila adentro para pagar”, añadió.
Como este relato abundan en los puestos de trabajo de los municipios Guaicaipuro, Carrizal y Los Salias, donde el ausentismo marca la pauta debido a las escapadas que se dan los empleados para acceder a productos que no llegan con frecuencia a los anaqueles.
“Yo tengo suficiente confianza con mi jefa, así que mi hora de almuerzo la dedico a buscar productos y como al regreso; eso sí, me voy más tarde para compensar”, afirmó Yajaira Mendoza, publicista.
–Nadie está ajeno a la situación país y se sabe lo difícil que se ha vuelto comprar varios artículos, por lo que existe flexibilidad en el trabajo para que uno haga estas compras. En mi caso me meto cuando sé que me da chance, no me quedo como otras personas cinco horas esperando para comprar un pote de leche.
Eterna búsqueda
Aunque ya el papel higiénico se ve con normalidad en los anaqueles, el trauma de meses atrás de no hallar el producto hace que las amas de casa lo sigan llevando con frecuencia cada vez que van a hacer compras. “Con la inestabilidad reinante es mejor ser precavido y siempre tener”, dijo Vanesa Torres, quien aprovechó de llevar un par de toallines, artículo que no veía desde hace un par de meses.
–Es impresionante cómo ahora los venezolanos nos contentamos cuando encontramos mercancía que se supone es básica. Ayer sonreí al hallar cloro y no tener que hacer cola. Se supone que en esta fecha del año deberíamos estar comprando ropa, zapatos y juguetes para los chamos pero la realidad es que la gente está enfocada en buscar y comprar comida, más cuando los pronósticos son tan poco alentadores para el año 2015.
Entre los productos que se mantienen intermitentes en los pasillos de los automercados y son buscados como palito de romero destacan el detergente líquido y en polvo, cloro y productos para lavar la poceta; otros buscados son desodorante, jabón de baño, toallas sanitarias, protectores diarios, crema humectante corporal, champú, acondicionador, acetona, pañales y toda la línea de productos de higiene para recién nacidos; en el rubro alimenticio los productos más extrañados por los compradores son la leche en polvo, harina de maíz precocido, aceite, pollo entero, carne regulada, pasta, mantequilla, mayonesa y salsa de tomate.
“Hay una obsesión colectiva por comprar lo que se encuentre. Cada vez que salgo de mi trabajo en Caracas me meto en un Farmatodo que tengo al lado para ver qué consigo”, reveló Daniela Muñoz, habitante del municipio Los Salias, que este lunes halló detergente.
–En mi casa somos seis personas, por lo que constantemente debo comprar jabón para lavar ropa. Es desesperante ver cómo crece la cesta de ropa sucia y no hallar el producto a tiempo. Estamos llegando al límite con esta situación.
Guerra contra revendedores
Mientras muchos trabajadores se evaden para garantizar el consumo propio, un porcentaje significativo lo hace para revender la mercancía, lo que implica sobreprecio; esto ha llevado a aplicar en varios locales mecanismos de control para que una misma persona no efectúe más de las compras permitidas en una semana.
“Es una manera de rendir la mercancía y evitar a los verdaderos bachaqueros que dejan a personas necesitadas sin productos para luego venderlos hasta cinco veces más caros bajo el argumento de que le están ahorrando tiempo y mal rato a las personas”, explicó el encargado de un comercio asiático capitalino, donde registran a los compradores para controlar las ventas.
–No estamos cercenando los derechos de nadie, más bien velamos por satisfacer la demanda de la mayor cantidad de personas posibles. Por muy grande que sea una familia no va a necesitar, por citar un ejemplo, más de dos lavaplatos a la semana. Hay mucha gente abusadora a la que hay que mantener a raya hasta que se estabilice la situación económica del país.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl