Leandro Rodríguez Linárez
La impactante realidad de la Venezuela 2015, de venezolanos hacedores de interminables colas, donde muchas veces se originan barbáricas trifulcas, para adquirir alimentos y demás productos, no es más que la consecuencia de las erráticas políticas económicas gubernamentales de los últimos tiempos, no es la causa del problema como se pretende hacer creer. El gobierno trata de construir una matriz de opinión donde tilda a madres, amas de casa, adultos mayores y trabajadores honestos como contrabandistas y revendedores, pero la verdad salta a la vista, día a día son más los productos básicos y no tan básicos que se ausentan por periodos cada vez más largo de tiempo de los anaqueles de las bodegas, abastos y supermercados, lo que obliga a los habitantes de este trastabillado país hacer vergonzosas colas cuando se topa con la venta de unos de estos. Ahora bien, es cierto que un porcentaje de ciudadanos que realizan estas colas revenden los productos que adquieren a precios mucho más elevados del que lo compran, pero repetimos, es una consecuencia de la terrible situación económica del país, pues aunque es una acción indebida, es una vía que tienen los venezolanos para protegerse de las devaluaciones y de la inflación más alta del mundo, sencillamente nuestra moneda, cínicamente denominada “Bolívar Fuerte”, día a día es más débil, pierde poder adquisitivo, por tal motivo muchos venezolanos se ven obligados a revender para subsistir ¿Y cómo no hacerlo? Sí el precio de la cesta básica es superior a 5 salarios mínimos, salarios que deberían obtenerse a través de empleos, empleos cada vez más escasos como consecuencia de la acelerada reducción del aparato productivo nacional, y un sueldo mínimo que no alcanza ni para comprar el 20% de lo necesario, sin incluir gastos de educación, vestidos, medicinas, ni esparcimiento. reiteramos, lo que atraviesa Venezuela es simplemente la consecuencia de la errada conducción económica del país, de la errada conducción política, que hace que el país se conduzca unilateralmente por quienes tienen el poder, sin el consenso ni la participación de los diversos sectores del país. La lamentable e indebida existencia de revendedores no es un plan de la oposición, de la oligarquía, ni de ningún imperio, es la degeneración de una sociedad que en vez de estar disfrutando las mieles del boom petrolero más grande de la historia se encuentra viviendo como el país más pobre del planeta, sin recursos de ningún tipo, incluso sin recurso ni talento humano, pues quienes administran al país han preferido importar más del 70% de lo que se consume en Venezuela en vez de haber propiciado la producción de productos venezolanos, con empresas venezolanas, con mano de obra venezolana. ¿Revendedores go home? Pues no… son tan venezolanos como la arepa, por cierto, arepa que también está difícil de conseguir. @leandrotango