Hoy quiero comenzar estas líneas enviando un afectuoso saludo a todos los periodistas que ayer celebraron su día. A todos ellos, nuestro más sincero reconocimiento por su valentía y compromiso con la democracia de nuestra Venezuela.
Sabemos que muchos de ustedes han sido presionados y perseguidos para cersenar su deber de informar. A esto se suman decenas de cierres de emisoras, televisoras y periódicos ordenados por el gobierno, mientras otros languidecen bajo la férula de la censura, la amenaza de no renovar una concesión y el control sobre la entrega de papel a cuentagotas. Sin embargo, el afán absolutista del gobierno, empeñado en instaurar su hegemonía comunicacional, se ha estrellado contra ese muro, formado por los hombres y mujeres que ejercen el periodismo como un apostolado, comprometidos con la libertad, el respeto, la tolerancia y, en general, con los más preciados valores sociales y espirituales de nuestro pueblo, que sueña con un país de oportunidades y progreso para todos.
Y hablando de oportunidades y progreso, esta semana, finalmente, el CNE se puso a derecho con el país, y anunció para el próximo 6 de diciembre las elecciones parlamentarias, una fecha tan esperada por los venezolanos. La Unidad también anunció los nombres de quienes serán nuestros candidatos en esos comicios. Tenemos, pues, fecha y el mejor trabuco para ganar la Asamblea Nacional. Ahora, más que nunca, se nos impone el compromiso de la unidad perfecta, porque tenemos un objetivo superior, que nos convoca a todos, y es impulsar los cambios que reclama nuestra Venezuela.
El 6 de diciembre las fuerzas democráticas acudirán a la cita electoral con una clara e irrebatible opción de triunfo. Como les gusta decir a las autoridades del CNE: con una tendencia irreversible… y eso bien que lo sabe el gobierno, por eso dan muestras de su desespero.
La gravísima situación de escasez de alimentos y productos de primera necesidad, el colapso de los hospitales y la carencia de medicamentos, que aun teniendo para comprarlos no se consiguen; la inseguridad, el alto costo de la vida y la postración de las instituciones del Estado, son situaciones que no se pueden ocultar. No es necesario ser un economista, o un sesudo analista político para saber que Venezuela atraviesa por la peor crisis económica y social que país alguno en el mundo haya sufrido, pese a haber tenido los ingresos más altos de toda su historia.
Las propias encuestadoras pagadas por el gobierno ya no pueden maquillar los resultados de sus trabajos de campo. Uno de estos estudios de opinión es contundente. 73% de los venezolanos considera que el problema de desabastecimiento de alimentos está empeorando, 76% que el desabastecimiento de artículos de cuidado personal está empeorando, 83% que el problema del alto costo de la vida está empeorando y 87% que el problema de la inseguridad está empeorando.
Esta es la realidad que tenemos y el gobierno no tiene cómo cambiarla, porque es un rey Midas, pero al revés. Todo lo que tocan lo secan. Destruyeron la capacidad productiva del país y ahora, ante la contundencia del desabastecimiento y la escasez, pretenden marear a nuestro pueblo, una vez más, con una lluvia de promesas, con anuncios de contenedores provenientes de China cargados de productos, con la supuesta construcción de miles de viviendas, de nuevas escuelas y de hospitales, con la entrega de cientos de carros para los taxistas… la política de los espejitos.
La oportunidad de darle un parao a la destrucción vertiginosa de nuestra Venezuela la tenemos en cinco meses. Como he dicho, cada venezolano tiene en sus manos la llave para abrir el candado y abrir la puerta que lleve a Venezuela a un modelo económico que aliente a la industria a producir los alimentos que necesitamos, que invierta en hospitales, en escuelas y carreteras, con instituciones al servicio de todos, y no de un grupito de enchufados, que garantice a todos verdaderas oportunidades de progreso, que nos devuelva la paz y la tolerancia.
El 6 de diciembre iremos a elegir a quienes ocuparán los 167 escaños de la Asamblea Nacional. El gobierno tratará de ponernos todos los obstáculos posibles para esas elecciones, pero no importa lo que hagan, no importa qué artimañas se inventen, los venezolanos sabemos que son zancadillas que este grupo de enchufados necesita para mantenerse en el poder. Pero hoy más que nunca estamos obligados a no perder de vista la meta. Una categórica victoria de las fuerzas democráticas nos garantizará que tendremos las instituciones que impulsarán la reconstrucción nacional. No me cansaré de decir que para darle progreso a esta hermosa tierra, hija de Bolívar, debemos producir y tenemos los tres elementos que se necesitan: amor al trabajo, capital humano y recursos naturales.
El evento político que se avecina es muy importante. El objetivo es cambiar el rumbo del país y para ello debemos estar todos unidos. Tenemos que activar nuestra fuerza y expresarnos a través del voto. Nosotros haremos todo lo que esté a nuestro alcance para lograr esa victoria en diciembre, para dar otro paso hacia el cambio.
Hoy más nunca sobran razones para unirnos. ¡Qué Dios bendiga a nuestra Venezuela!
Henrique Capriles Radonski