Los países que hoy ostentan alta calidad de vida (sin que ello signifique que no tengan problemas) han hecho énfasis en dos factores principalísimos; en primer lugar, esas sociedades hicieron de las organizaciones políticas organizaciones funcionales, obligadas a atender en sus ofertas electorales (y en su posterior obra de gobierno) las problemáticas reales de la población (impuestos, salud, seguridad, educación, empleo, entre otros)
Leandro Rodríguez Linárez
Estas líneas llevan consigo un clamor multitudinario, la de pedir carácter de realidad y pertinencia a todos los articulistas defensores de la “revolución”, muy especialmente, a los denominados “Intelectuales del Gobierno”… decimos “realidad y pertinencia” en cuanto la inmensa mayoría de los escritos que publican (por los innumerables diarios oficialistas y privados del país) se dedican exclusivamente a la búsquedas de culpables, sin más resultados que estériles acusaciones, sobretodo, a la justificación de los errores del presente con la remembranza de errores de gobiernos anteriores, dicho sea de paso, así como para insultar con fulgente genialidad a la disidencia política del país.
Es necesario hacer notar que las ideologías tuvieron su lugar mimado en la historia, quedando desplazadas por su propio peso quimérico, dando lugar a la practicidad, al abandono de lo etéreo, para enfocarse finalmente en la “Realpolitik”, en la atención de las necesidades reales, las que padecen en carne viva los pueblos. Las ideologías per se, de izquierda o derecha, solo han sido útiles para justificar (por las vías que sean) la permanencia, el atornillamiento de elites en el poder, primero políticas, luego transformadas en económicas, es para ello que ha servido la banal discusión de lo meramente ideológico.
Los países que hoy ostentan alta calidad de vida (sin que ello signifique que no tengan problemas) han hecho énfasis en dos factores principalísimos; en primer lugar, esas sociedades hicieron de las organizaciones políticas organizaciones funcionales, obligadas a atender en sus ofertas electorales (y en su posterior obra de gobierno) las problemáticas reales de la población (impuestos, salud, seguridad, educación, empleo, entre otros).
En segundo lugar, comprendieron que los gobernantes solo son empleados públicos alejados por ley y cultura de toda megalomanía, obligados a rendir resultados sin que les sea adjudicado el aún más banal derecho a excusarse, gobernante que no cumpla es destituido oportunamente de su cargo y su partido se desmorona junto con él, comportamiento social éste que les ha deparado niveles de salud, educación, seguridad y servicios públicos que en esta Venezuela que hoy pisamos parecen sueños inalcanzables.
Soy profundamente respetuoso de las opiniones y formas de pensar, pero es aún más cierto que la Venezuela de hoy necesita pisemos tierra, que abandonemos el fanatismo político, el inservible aislamiento ideológico y aportemos soluciones reales, a los problemas reales, a la Venezuela real… solo así nuestros problemas podrán ser resueltos y la política, lejos de ser un costosísimo entretenimiento, pasaría ser una herramienta útil para el mejoramiento de nuestras condiciones de vida.
Así pues estimados colegas articulistas, Venezuela nos exige menos tinta estéril, menos utopía y autodestructivas excusas, nos exige críticas valederas, propuestas constructivas y realismo ¡mucho más realismo! @leandrotango