La típica escena de película en la que se ve entrando al docente al aula mientras los alumnos guardan silencio sepulcral y esperan respetuosos que se les dé la señal para hablar quedó en la ficción. El irrespeto a la figura del maestro es la pauta actual.
“Cállate que no es tu problema”, “si me gritas te denuncio en la Loppna” y “aquí quien manda soy yo: el pran del salón” son algunas de las respuestas que alumnos diariamente dan a sus profesores, quienes son las nuevas víctimas del acoso escolar, conocido más popularmente como bullying.
“El sometimiento de una persona a otra en las instituciones educativas siempre ha existido, el problema viene con los altos niveles de violencia que se están viviendo en los salones, donde al no contar con las herramientas el docente que resulta acosado opta por dar materia vista y retirarse del aula porque no puede lidiar con el muchacho que se ha dedicado básicamente a sabotear las clases, o en el peor de los escenarios el profesional de la educación pasa de víctima a victimario convirtiéndose la situación en un círculo vicioso”, opinó Fidel Oliveros, consultor gerencial de la Fundación Mochila de Sueños, dedicada a impartir talleres con visión de éxito escolar.
–Aunque va dirigido a estudiantes, se hace especial atención entre el personal docente, administrativo e incluso en los padres, eslabón principal en la formación de los chamos que están copiando hábitos que ven en casa. Cada día hay más escenas de sexo en las escuelas desde educación inicial porque en las casas viven varias familias hacinadas que sostienen relaciones sexuales libremente y el niño va copiando y aprendiendo esa conducta como si fuera algo normal, cuando en realidad no lo es.
¿Qué hacer?
Lidiar con una realidad que cada vez es más familiar va de la mano de la comunicación. A juicio de la consultora gerencial Marerwin Carnevali, cada escuela debe trabajar para crear las estrategias para combatir y erradicar estas conductas.
“Sería ideal generar un plan de trabajo preciso, rápido y concreto para la formación docente, a quien hay que recordarle que su oficio es un apostolado, por lo que las dificultades estarán a la orden del día; hay que recordarles por qué están allí más allá de la quincena; darles herramientas para lidiar con las conductas de los jóvenes que actúan a veces de formas para muchos hirientes porque están en un proceso de transformación personal”, dijo la experta.
–Por otro lado hay que dedicarle tiempo a los estudiantes, explicarles que es el éxito y el poder, manejo de liderazgo. Una vez que se hagan dinámicas por separado de al menos una semana, hay que promover el encuentro a través de una convivencia sociorecreativa donde no existan etiquetas de alumnos y maestros sino compañeros, seres humanos, iguales, para lograr una real conexión donde ambas partes se entiendan y no se juzguen. Si a esta mezcla le sumamos la participación de los padres y se forma el trípode estaremos solidificando las bases, recordando cuál es la misión de cada quien y se lograrán diferencias absolutas en las instituciones donde las relaciones humanas se darán de manera efectiva. Básicamente hay que conciliar en nuestros planteles.
Problemas al acecho
Embarazo en adolescentes, consumo de drogas, altos índices de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) a más corta edad son algunas de las problemáticas que se viven en los centros de estudio, por lo que la Fundación Mochila de Sueños trabaja por brindar herramientas para hacer el cambio.
–Hemos tenido dinámicas donde los estudiantes nos dicen “quienes deberían estar aquí son nuestros padres”, lo cual es totalmente válido porque nadie nos enseña a ser papás, hermanos o tíos; por eso hay que estar dispuestos a aprender e incluso desaprender aquellos esquemas que emulamos pero que ya no se adaptan a las nuevas generaciones para trabajar contra todos los fantasmas que rodean a niños y adolescentes y dar un vuelco a esa realidad con grandes vacíos morales.
Los interesados en contactar con los consultores Fundación Mochila de Sueños pueden comunicarse a través de los números 0414-377-87-95 y/o 0426-157-69-76 o escribir al correo [email protected]
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl