Trabajadores de estaciones de servicio señalaron que era tradición colocar combustible de 95 octanos. “Antes si uno se equivocaba lo regañaban alegando que el carro se dañaría”, creencia que desapareció súbitamente tras aumento.
Mientras los dispensadores fueron calibrados para que reflejen la nueva tarifa, los conductores quedaron desequilibrados al pasar de pagar Bs. 4 a 320
“Antes los conductores se molestaban si uno se equivocaba y les ponía combustible de 91 octanos, decían que eso les estropearía su carro; mágicamente desde que anunciaron el aumento todo el mundo llega pidiendo de 91 y la de 95 se queda fría”.
La reflexión la hizo el trabajador de una estación altomirandina, quien detalló que al día siguiente del anuncio presidencial todos salieron a llenar su tanque a precio de gallina flaca. “La gente estaba desesperada, las filas abandonaron los supermercados y se apoderaron de las bombas, pero una vez que se hizo efectivo el aumento, las estaciones lucen despejadas”, declaró Marcos Castro, trabajador del ramo.
Los bomberos temen que el comportamiento, que es recurrente en todas las estaciones del país, lleve a escasear el combustible de 91 octanos.
–Estamos en el territorio de lo posible y para nadie es un secreto que todo lo que regulan desaparece como por arte de magia. De hecho, el primer rumor que corrió una vez se fijó la tarifa de una en Bs. 1 y la otra en 6, es que la primera desaparecería en cualquier momento.
La teoría no resulta descabellada para Rogelio Martínez, conductor. “Hace unos meses cuando hubo problemas con el despacho de la de 95 la gente se iba a otra bomba, todo por no echar la de 91; ahora las personas por ahorrar dejaron ese prejuicio atrás. Yo sí me quedo con la de 95 porque no quiero que luego el carro me pase factura y por tratar de hacer una gracia me salga una morisqueta”, agregó.
Blanco fácil
Empleados de estaciones de servicio consultados dijeron temer que la medida se convierta en una sentencia de muerte.
“Antes teníamos puro chichero como dicen por allí, pero ahora vamos a manejar grandes cantidades de efectivo, siendo blanco fácil de los ladrones”, dijo el trabajador de una estación de servicio de la carretera Panamericana que solicitó el anonimato.
–Cada vez que venga un motorizado vamos a estar con el Cristo en la boca porque fácilmente nos puede cantar un quieto y la policía llegará, como siempre, después que uno esté pálido por la frustración y el susto; claro, eso contando con que no te metan un tiro.
A hacer vaca
“Con los nuevos precios que dentro de pronto volverán a subir porque aún no se cubre el costo de producción, tocará copiar a los gringos que son expertos en hacer vacas para pagar la gasolina”, dijo en tono jocoso Jonás Rodríguez, residente de la urbanización Alto Verde.
–Aparte de pedir una ayudaíta para costear el combustible a cambio de dar la cola, se acabó la hermosa costumbre de decir ´déjalo así chamo´ a los bomberos, quienes en adelante poco sabrán qué es una propina.gf
Johana Rodríguez
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