Cada semana se hace más cuesta arriba comprar carne. “Este domingo en el mercadito de la avenida Francisco de Miranda, que suele ser más económico que las cadenas privadas, no se encontró por menos de 2 mil bolívares el kilo”, se quejó Julieta Colina, clienta asidua de los tarantines.
–Yo no sé a dónde vamos a llegar, con estos precios uno compra seis cositas y se te va un sueldo mínimo; lo peor es que esas compras rinden para máximo una semana. Estamos entrampados.
La entrevistada, residente de Santa Eulalia, señaló que el pollo sigue el mismo camino de la carne. “Todos los precios cambian semanalmente. Imagínate que un kilo de parchita ya está en 1.400 bolívares; el de tomate cuesta 800 y la cebolla igual. Ni siquiera nos podemos meter a vegetarianos porque hasta estos productos de la tierra están por las nubes”.
Para personas como Mairim Bello la solución pasa por reducir el consumo de productos cárnicos. “Hasta hace dos años la comía todos los días; el año pasado comencé a incluirla cada quince días y ya en 2016 voy por una vez al mes”, confesó.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejlr