Dos laminas de cartón fungen como colchón, una bolsa plástica de sabana y el marco de una de las puertas de la catedral San Felipe Neri como techo, se trata del “hogar” de Juan, una de los tequeños en situación de calle que deambulan por la capital mirandina.
“Ayúdame con algo para comer”, repite una y otra vez el hombre cuando se le pregunta por qué está viviendo en la calle. Duerme en la fachada de la iglesia y pasa el día entre las plazas Bolívar, Danilo Anderson y la calle Guaicaipuro.
“Viene siempre a pedir algo para comer, lo ayudamos con pan o algo de tomar”, reseña uno de los trabajadores de la panadería de la esquina, local que sirve de refugio para Juan cuando llueve o hace mucho sol.
Pero no está solo, la puerta izquierda de la catedral sirve de “hogar” para otro joven en la misma situación. “Da dolor pasar por aquí de noche y verlos durmiendo a la intemperie, es un reflejo duro de lo que está viviendo Venezuela”, reseña otro de los vecinos de la avenida Bolívar.
No hay un cifras oficiales, un simple conteo tras recorrer las principales calles de la ciudad arroja una cifra cercana a doce personas, entre las que destaca dos mujeres y algunos menores de edad.
“Viven” bajo puentes, como es el caso del joven que duerme en la calle Negro Primero, otros en la Plaza Miranda y algunos frente a instituciones educativas como la Jesús de Nazaret, ubicada en el sector Vuelta El Paraiso. “Llega cada tarde y luego que se cierra la institución arregla su cama con bolsas y cartón y duerme, no molesta a nadie”, explica uno de los vigilantes de la escuela.
“La ausencia de albergues sociales, la falta de proyectos y acciones concretas de parte del sector público, ocasionaron un incremento de la indigencia en ciudad”, asegura Cristhian Barrios, sociólogo de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
El experto reseña que la dura crisis económica que vive el país comienza a reflejarse no sólo en el deterioro de calles, plazas, alumbrado público o en el aumento de la delincuencia, sino que especialmente en el número de personas sin hogar que duermen sobre un cartón, o niños que piden comida o monedas en los semáforos o Metro”.
La razones por las que muchos de estos venezolanos abandonan sus hogares son muchas, asegura Barrios, “si se les consulta te dirán que prefirieron dejar su casa al no poder llevar comida para sus hijos, otros contarán que ante el maltrato de sus padres decidieron dejarlos, todo está relacionado con la crisis que vivimos”, reseña.
Los que mucho no dicen –agrega- es que el alcoholismo, el consumo problemático de otras drogas, la violencia doméstica y la liberación de exreclusos sin vínculo familiar son las principales causas que llevan a las personas a vivir en la calle.
“Tenemos que estudiar cuál es la dinámica del fenómeno. Claramente algunas personas egresan del sistema carcelario; otra causa es el alcoholismo, el consumo problemático de sustancias que lleva a la ruptura de vínculos familiares y la violencia doméstica generada por la situación actual”, dijo.
En el pasado habían psiquiatras y técnicos sociales trabajando a diario con los indigentes en la calle para convencerlos de que acudan a los refugios. “En la actualidad no hay ni refugios hay, al menos no en Los Teques y mucho menos psiquiatras”.
La llamada Misión Negra Hipólita, la cual logró sacar a una gran cantidad de ciudadanos de las calles hace algunos años dejó de funcionar, al menos, en Los Teques. “El alcalde anterior hizo en varias oportunidades jornadas de atención integral para estas personas en las instalaciones del Palacio del Deporte, allí bañaban, daban ropa y alimentos a estas personas”, recordó el sociólogo.
“En la actualidad desconozco si hay algún ente regional, municipal o nacional que este haciendo algo por estas personas, todo indica que no porque el incremento es patente”, reseña.
Hace unos cuatro años tanto el gobierno local como la defensoría del pueblo de Miranda se unían para tratar de ayudar a estas personas, “imagínate si uno que tiene hasta tres trabajos la está pasando mal, como estarán esas familias que ni trabajo tienen”, reseñó Hilda Bravo, residente de la calle Guaicaipuro quien suele alimentar a uno de los hombres que deambulan por esa zona.
Cifras de hambre
Según una encuesta de Encovi, al 87 % de los venezolanos no les alcanza el dinero para comprar comida. La Federación Nacional de Ganaderos, asegura que en 2015 los venezolanos redujeron el consumo de carne de res en 42 % con respecto al año 2012, el consumo más bajo en 55 años.
El 90 % de los ciudadanos dice comprar menos alimentos ante la escasez. Según la encuestadora Datanálisis, hay desabastecimiento de alimentos básicos en un 80% de los supermercados y 40% de los hogares. Mientras en América Latina la desnutrición infantil es de 5 % según la FAO, en Venezuela, la Fundación Bengoa encontró un 9 % para 2015 (las últimas cifras reportaron 2,9% en 2011).
Daniel [email protected] / @dmurolo