No es que se va la novia mía, sino que se lleva en los cachos a todos los que han sido engañados por esta tripulación sin timón
“Mira ese barco que va por la bahía, allí se va, se va la novia mía”. El barco no es que se va, el barco se hunde. Desde aquel llamado de “el flaco” a descargar la “arrechera”, con lo cual le quitaron la vida a 12 chavistas que celebraban el triunfo, descargaron también la impotencia por la reciente derrota destruyendo centros de salud, quemando vehículos, buscando cubanos como palito e’ romero. Luego fueron al llamado a “la salida”, con saldo 43 seres humanos que perdieron la vida asesinados tras recibor la descarga de ese odio incontrolable.De allí en adelante comenzó el bamboleo del barco que poco a poco va rumbo a lo más profundo. Y no es que se va la novia mía, sino que se lleva en los cachos a todos los que han sido engañados por esta tripulación sin timón.
Hasta el 6D, las aguas permanecían más o menos navegables, aunque con salvavidas, porque esta oposición es impredecible. La sorpresa los dejó todo temblecos y descerebrados. No esperaban una victoria tan arrolladora. Estaban como rendidos. Ya no tenían ni ganas de salir en los medios, porque se reían de ellos. Despertaron de esa pesadilla probando la dulce miel y no la supieron saborear. Se envalentonaron. Se montaron nuevamente en el barco, pero sin rumbo fijo. Se convirtieron en líderes, muchos de papel, y ahí están los resultados: el barco se hunde.
Los grandes medios han ayudado a que el pueblo que votó por ellos engañados como niños, se olvide que ofrecieron acabar con las colas, que aparecerían los alimentos por montones para llenar en tres días los anaqueles como por arte de magia, que ese domingo sería la última cola, harina, leche, azúcar, pastas, arroz, margarina, sardinas, etc.. Una copia del 2002, de todo iban a traer al ganar las parlamentarias, en ese barco que se les hunde.
La luna de miel fue bien corta. Ese matrimonio está en plena separación de cuerpos pronto a divorciarse, si es que familia adentro no se estarán jalando por las greñas. En un abrir y cerrar de ojos, a Freddy Guevara lo invitó un opositor llevado a la marcha a “caernos a coñazos” por embustero y falta de respeto con la gente que se trasladó engañada a la “toma” de Caracas; esa Caracas que sería tomada como todas las tomas, por la violencia, a lo arrecho y les salió el tiro por la culata.
Desde maldiciones hasta solicitudes de renuncias han sido el resultado de las torpezas opositoras. Unos que se creen líderes por ratito hasta que alguien de su misma gente los manda a callar la boca. No hay autoridad ni moral ni política para nada. Los que se creen son los que menos. Tan torpes que cayeron en su propia trampa con el “bendito” Revocatorio que ellos mismos saben que no va, pero mantienen engañados a su gente, no a todos por cierto y ahora no hallan como salir de su propio charco.
En ese barco que se hunde andan pregonando con la cara bien lavada lo que tienen que hacer para presionar para que el Revocatorio, que ellos saben que no va, sea este año. El aprendiz en tripulación Freddy Guevara descarga el mensaje que todos ocultaban. Mientras decían que la culpa de la desaparición de los alimentos era culpa del gobierno, el “panita” Guevara dice que “hay que seguir con el boicot alimenticio” hasta que se logren los objetivos. O sea, les importa un pito si el barco se hunde o si el pueblo se muere de hambre. ¡Hipócritas, carajo!
Pedro Alfonzo Rojas
