El canciller de México, Marcelo Ebrard, dijo este jueves que su país no se suma al Grupo de Contacto Internacional sobre Venezuela, integrado por una docena de naciones europeas y latinoamericanas, porque «por mandato constitucional» no puede apoyar «la injerencia política en otros países».
«Acompañamos lo que tiene que ver con que haya comunicación y diálogo entre las partes y que haya una salida pacífica y democrática que excluya el uso de la fuerza, pero no podemos participar en algo que implique que nosotros determinemos el proceso político electoral», sostuvo Ebrard en una rueda de prensa al finalizar la reunión del Grupo de Contacto que se realizó en Montevideo.
Pese a no formar parte del Grupo, su participación en la reunión de este jueves en la Torre Ejecutiva de la capital uruguaya sirvió para compartir con el resto de los representantes de los países europeos y latinoamericanos presentes el Mecanismo de Montevideo, anunciado este miércoles por los Gobiernos de Uruguay y México y por la Comunidad del Caribe (Caricom).
Bolivia se sumó oficialmente al mecanismo hoy, pero, de momento, el canciller mexicano explicó que no aceptarán nuevos integrantes, aunque no descartan que esta sea una posibilidad futura.
En este sentido, Ebrard agradeció que hayan dejado que su país participe de la reunión del Grupo de Contacto y destacó que fue «productiva, útil e interesante», ya que se compartieron diferentes iniciativas pese a las posiciones políticas distantes.
Al encuentro de hoy, de rango ministerial, acudieron representantes de la Unión Europea, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Portugal, España, Suecia, Reino Unido, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, México y Uruguay.
«Desde mi punto de vista, fue una reunión productiva, fue un buen diálogo, una buena conversación, entendemos que la Unión Europea tiene su posición», sostuvo Ebrard.
A diferencia de lo resuelto por el Grupo de Contacto Internacional, que busca «una resolución pacífica, política, democrática y propiamente venezolana, excluyendo el uso de la fuerza, a través de elecciones presidenciales libres, transparentes y creíbles», el Mecanismo de Montevideo «no pone ningún condicionamiento» para las partes involucradas.
El esquema, compuesto por cuatro etapas -Comunicación Inmediata, Negociación, Compromisos y Implementación-, según Ebrard, comenzará a funcionar la próxima semana con las personas que fueron invitadas a unirse en representación de las naciones.
«Tiene que haber comunicación entre las partes. Vamos a estar compartiendo información a través de Uruguay, que está en el mecanismo de Montevideo y también en el Grupo con la Unión Europea. Vamos a compartir información y nosotros vamos a seguir adelante a partir de la semana entrante», agregó el canciller mexicano.
La tensión se ha incrementado en Venezuela desde que el pasado 23 de enero el jefe del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, se proclamara presidente interino de su país al considerar gobernante ilegítimo a Nicolás Maduro, reelegido en unos comicios presidenciales que la oposición tacha de «fraudulentos».
Esta acción profundizó la crisis política en el país caribeño, debido a que, además, buena parte de la comunidad internacional, como Estados Unidos y varios países europeos y latinoamericanos, ha dado su respaldo a Guaidó y presiona para que se convoque a elecciones.
Para Ebrard, en este momento es necesaria la comunicación entre la oposición y el oficialismo en Venezuela para tratar «los temas más urgentes», como por ejemplo la situación humanitaria del país.
«Vamos a seguir otra metodología (…) las conclusiones del mecanismo, cuando hablen los venezolanos entre sí, si logramos que eso suceda, pueden ser cosas muy diferentes, salidas políticas, salidas pacíficas, pero nosotros no lo estamos determinando de antemano», concluyó. EFE