Leandro Rodríguez Linárez
@leandrotango
¿Por qué sí Venezuela probablemente es, por sus características geográficas y demográficas, el país más rico del mundo… ni la calles sirven? Existen varias teorias, pero la que personalmente le doy más valor es que el venezolano no tiene ni la más remota idea del país que habita.
Somos seguramente el país más rico en recursos energéticos y demás minerales de altísima cuantía, así como de los más increíblemente espectaculares en cuanto a bellezas naturales se refiere, caracteristicas éstas que por sí solas generarían bienestar y progreso a cualquier país del mundo, sin embargo, aquí poseemos las dos y vivimos como cualquier nación africana del denominado tercer mundo, agobiados por inseguridad, inflación y servicios públicos colapsados.
El venezolano, sea gobernante o gobernado, no tiene en su justa ponderación lo que Venezuela es, un terruño pleno en abundancias que solo esperan ser correctamente administradas y permitir el desarrollo integral de las personas, individualmente como producto de su esfuerzo y anhelo personal como colectivamente a través de la exigencia de gestiones públicas eficientes, al únisono de todas las nuevas formas de participación comunitarias generadoras también de políticas públicas. Las últimas décadas los venezolanos han hecho de la política su principal fuente de entretenimiento desprendiendo de ella lo que realmente es, una herramienta para incrementar la calidad de vida.
Somos una nación que ha alcanzado niveles sumamente altos de politización en su sociedad, pero ello no ha gerenado beneficios globales, sino a una parte de la población vinculadas a ayudas públicas, de las que se hizo dependientes.
Imaginémonos un país donde los más necesitados reciban ayuda estatales a fin que puedan levantarse, superarse para que más nuncan deben acudir a este tipo de ayudas altamente dependientes. Imaginémonos un país donde cada quien pueda desarrollarse profesionalmente a través de su esfuerzo y habilidades propias.
Imaginémonos un país donde los gobernantes sean temerosos del pueblo y no les quede más que ser eficientes porque sí no lo son el pueblo los castiga sacándolos del poder sin excusas que valgan. La clave está en no conformarnos sino con resultados palpables, no con estadísticas.